Antiguo despoblado perteneciente a Tardajos de Duero también documentado como Velasco Nuño y Blasco Nuño.
Antiguo despoblado perteneciente a Tardajos de Duero también documentado como Velasco Nuño, Blasco Nuño y probablemente como Blascocino. En la actualidad forma parte del municipio de Los Rábanos siendo una finca particular en la que no está permitido el acceso.
Gonzalo Martínez Díez (1) documenta Blasconuño como un despoblado de Tardajos de Duero (Los Rábanos), localizado a tres mil setecientos metros al norte con alguna derivación este, “convertido hoy en la granja del mismo nombre que el despoblado”.
Bajo la forma Blascocino fue documentado por Juan Loperráez (2) como despoblado de Tardajos, lo que unido a que no recoja en su relación la forma Blasconuño, hace pensar que se trata de un despoblado con dos nombres, uno de los cuales pudo ser mal interpretado por el historiador diocesano.
Limita al oeste con la finca Matamala, al noreste con Alconaba y al sur con el río Duero.
El mejor acceso parte desde Alconaba en dirección sudoeste hacia Matamala y tras recorrer unos tres kilómetros se llega a Blasco Nuño. Una cancela impide el acceso a la finca (3).
DATUM |
LATITUD LONGITUD |
ETRS89 |
41,699725 -2,414218 |
ETRS89 |
41º 42´ 01´´ N 2º 24´ 51´´ W |
UTM 30 |
Coord. X Coord. Y |
548.740,55 4.616.603,5 |
|
Altitud |
991 m. |
Eleuterio Carracedo Arroyo (4) ofrece el siguiente origen etimológico de Blasconuño: “Blasco (es) derivado del apelativo prerromano BELA –cuervo-, conservado en el vasco, más el sufijo ASCO –pertenencia- frecuente en ligur. Es un ejemplo más de los existentes en las lenguas iberorrománicas, donde encontramos frecuentemente nombres de aves convertidas en patronímicos y apellidos, según señaló A. Llorente. G. Tibón también lo explica como una contracción de Belasco, derivado del vasco BELA –cuervo- más el sufijo –SCO que, según indica, tiene un cierto carácter diminutivo afectivo”. Continúa el autor citando a Caro Baroja cuando “afirma que Velasco es nombre frecuentísimo en Navarra en los primeros siglos de la reconquista y Pidal en la obra citada considera el uso de Blasco frecuente en Aragón, lo que permitiría localizar la procedencia de estos repobladores de la Tierra de Soria”. Añade Carracedo que “Nuño, (es) antropónimo procedente del latín NONIUS `el noveno (hijo)´, derivado de NONUS `noveno´, aunque puede haber concurrido en él el germánico NUNNO”.
Aparece documentado en el Censo de Aldeas dezmeras de Soria de Alfonso X, realizado en 1270, como Blasco nunno, perteneciendo a la iglesia soriana de Santa María del Poyo. Su población estaba formada por 3 habitantes, 2 moradores y 1 atemplante. Posteriormente como integrantes de la Universidad de la Tierra de Soria, perteneció al Sexmo de Lubia.
El no aparecer habitado en 1353 parece indicar que pudo despoblarse o quedar derraygado (“derraygado”: siguiendo la definición de Máximo Diago Hernando (5) para que una entidad de población se considerase derraygado no era preciso que todos los vecinos lo abandonaran, bastaba con que tuviera menos de cinco vecinos, y su término pasaba a ser de realengo aunque se respetaran las propiedades particulares que pudiera haber) pues sabemos que fue ocupado ilegalmente por alguna poderosa familia soriana de la nobleza de la ciudad a finales del siglo XV.
Enrique Díez Sanz (6) lo pone como típico ejemplo de lugar de la Tierra de Soria, Sexmo de Lubia, que pudo quedar despoblado entre los siglos XIV al XV, y que por una apropiación más o menos indebida, llevaron a cabo algunos personajes de la nobleza local soriana, en su mayoría miembros de los Linajes. Dice que esperaban a que el lugar quedara derraygado para apoderarse de él, aunque a veces ejercían presión o amenazaban a sus escasos moradores para que abandonaran el lugar y así ocuparlo como término redondo.
Enrique Díez Sanz y Víctor M. Galán Tendero (7) dicen que dos sentencias (1486 y 1496) obligaron a Juan de Barnuebo, señor de Blasconuño, a devolver sus términos comunes pues consideraron dicho lugar derraygado. En 1514 el lugar seguía siendo un despoblado ocupado ilegalmente por la mujer del alcalde Barrionuevo, pero pocos años después, en el Censo o Aberiguación de las vezindades de 1527, figura con 4 vecinos.
Según Emilio Ruiz (8) el mayorazgo de Blasco Nuño fue fundado en 1534 por Juan de Medrano de Castrojeriz con los bienes que en la citada granja y en La Cabezuela, otro despoblado de la zona de Buitrago (véase), poseía la condesa de Castro, del que Juan Medrano fue empleado. No mucho tiempo después pasaría a don Diego de Barrionuevo, quien mantuvo un largo contencioso con el convento de Nuestra Señora de la Concepción de Soria que lo convertiría en posesión de las monjas, si bien el mayorazgo continuará hasta su desamortización.
Díez y Galán (o. c.) dicen que en las primeras décadas del siglo XVI el burgalés Juan de Barnuebo de Castrogeriz, compró buena parte del término y fundó el mayorazgo en el que incluyó las tierras del término. Su sobrino y heredero pasó a llamarse Juan Barnuevo de Belasconuño. “El citado personaje era considerado uno de los más ricos de la ciudad de Soria en la década de 1540 ya que poseía la casa principal de la familia en la Ciudad y dos casas y un molino en Blasconuño, además de casas, tierras y otro molino en la aldea de Ituero”.
En el Censo parroquial de 1587 Blasconuño tenía 3 vecinos y carecía de pila. También documentan que durante los siglos XVI y XVII, el mayorazgo de los Barnuevo de Belasconuño tuvo algunos sucesores entre los hidalgos más importantes de la ciudad de Soria, entre otros Diego López de Medrano y su esposa doña María de Orozco, y don Diego López de Medrano y su esposa doña María de Vinuesa de Torres y Medrano, y que en el censo de 1591 tenía 4 vecinos (1 pechero y 3 hidalgos).
También dicen Díez y Galán (o.c.) que “En 27 de mayo de 1670, el mayorazgo y el heredamiento pasan a manos de doña María Antonia de Medrano, religiosa profesa en el Colegio de Religiosas de la Purísima Concepción de la Ciudad de Soria”.
Citando a Emilio Pérez Romero (9) dicen que “en el año 1685 y por decisión gubernamental, numerosos miembros de la oligarquía urbana fueron condenados a abandonar los baldíos y despoblados que poseían y en los que disfrutaban, de forma ilegal, sus términos comunes. Por entonces fue precisamente Blasconuño el único término que quedó reducido a pasto común por una sentencia condenatoria, como consecuencia de que el heredamiento `era gozado por un infeliz´. El resto de los propietarios de la oligarquía, entre ellos varios regidores del municipio soriano, nunca cumplieron la Real Ejecutoria y se mantuvieron en sus heredamientos…”
Nicolás Cabrillana (10) en su artículo de la Revista Hispania apunta que Blasconuño se despobló en el siglo XVII.
En el Catastro del marqués de la Ensenada (1752) figura que el término tenía una extensión de 1.200 yugadas formadas por terrenos de cultivos de secano, baldíos y prados donde pastaban ovejas churras y cabras, colmenares y dos edificios, una granja y un molino harinero. Era propiedad del monasterio soriano de la Purísima Concepción.
José Vicente Frías Balsa (11) confirma que en 1760 el citado lugar seguía siendo propiedad de las monjas concepcionistas de Soria, que poseían las tierras, monte, dos casas, un molino, dos majadas, un colmenar y el ganado que allí había.
Sebastián Miñano y Bedoya (12) lo incluye como despoblado del Sexmo de Lubia, situado en la margen derecha del Duero (13), entre los términos de «Navalcaballos, Sinobas y la Salgua. Prod. granos, pastos y ganados«.
En 1839 (14) durante la desamortización de Mendizábal, al convento de la Concepción de Soria le fue expropiada la finca ubicada en el término de Tardajos y conocida como Granja de Blasco Nuño. Consistía entonces el lote en casa, majada, prados, huertos, colmenares, monte de carrasca, pastos, fincas cerealistas y un viejo molino harinero movido con las aguas del Duero, nada se dice de iglesia o edificio que pudiera parecerlo, y fue tasado en doscientos veintiocho mil ochocientos noventa y nueve reales (el remate llegó a los trescientos diez mil reales). Según Rosa Ortega Canadell (15) fue adquirido por Joaquín González Nieto, vecino de Quintana Redonda.
Al no poder acceder a la granja por ser una propiedad privada y tener el camino cerrado con una cancela no podemos ofrecer fotografías del enclave ni describir los edificios que quedan.
La antigua granja de Blasco Nuño es en la actualidad una finca agropecuaria.
Para más información ver el trabajo de Daniel Carrasco Gil (16).
Alberto Arribas con la colaboración de Ángel Lorenzo, Maribel Zapatero, Luis C. Pastor
(1) MARTÍNEZ DÍEZ, Gonzalo (1983): Las Comunidades de Villa y Tierra de la Extremadura castellana. Editora Nacional, Madrid, página 170.
(2) LOPERRÁEZ Y CORVALÁN, Juan (1788): Descripción histórica del Obispado de Osma con el catálogo de sus prelados. Tomo I, Madrid. Edición facsímil por Ediciones Turner, Madrid 1978.
(3) Al no poder acceder a la granja por ser una propiedad privada y tener el camino cerrado con una cancela no podemos ofrecer fotografías del enclave ni describir los edificios que quedan.
(4) CARRACEDO ARROYO, Eleuterio (1996): Toponimia de la Tierra de Soria. Ediciones de la Excma. Diputación Provincial de Soria. Colección Temas Sorianos nº 32. Imprenta Provincial de Soria, Soria.
(5) DIAGO HERNANDO, Máximo (1991): “Los términos despoblados en las comunidades de villa y Tierra del Sistema Ibérico castellano a finales de la Edad Media”. Revista Hispania LI/ 2, 178, página 470 y 471.
(6) DÍEZ SANZ, Enrique (2009) Soria, un universo urbano en la España de los Austrias. Edita Caja Duero, pp 99-101.
(7) DÍEZ SANZ, Enrique y GALÁN TENDERO, Víctor M. (2012): Historia de los despoblados de la Castilla Oriental. Tierra de Soria siglos XII a XIX. Ediciones de la Excma. Diputación Provincial de Soria, colección Temas Sorianos nº 56, página 310.
(8) RUIZ, Emilio (2001): Historia económica de Soria. De la antigüedad hasta el presente. Centro de Estudios Sorianos, Soria, página 135.
(9) PÉREZ ROMERO, Emilio (1995): Patrimonios comunales. Ganadería trashumante y sociedad en la Tierra de Soria (Siglos XVIII-XIX). Edita Junta de Castilla y León.
(10) CABRILLANA, Nicolás (1972): “Los despoblados de Castilla la Vieja”. Revista Hispania nº 120, página 53.
(11) FRÍAS BALSA, José Vicente (2005): “El convento de Nuestra Señora de la Concepción Francisca en la ciudad de Soria”. Revista de Soria, IIª época, nº 51, páginas 78.
(12) MIÑANO Y BEDOYA, Sebastián (1826-1829): Diccionario geográfico-estadístico de Soria. 1826-1829. Edición de Silvano Andrés de la Morena, Soria Edita, Soria 2004, página 43.
(13) Es un error del Diccionario ya que en realidad está en la margen izquierda del río Duero.
(14) Boletín Oficial de la provincia de Soria de 11 de noviembre de 1839.
(15) ORTEGA CANADELL, Rosa (1982): Las desamortizaciones de Mendizábal y Madoz en Soria. Obra Cultural de la Caja de Ahorros y Préstamos de la provincia de Soria, páginas 28 y ss.
(16) CARRASCO GIL, Daniel (2013): Proyecto de ordenación dasocrática en la finca de Blasco Nuño de Los Rábanos (Soria), Universidad de Valladolid. Escuela Universitaria de Ingenierías Agrarias (2013) disponible en http://uvadoc.uva.es/handle/10324/3482
Asociación de Amigos del Museo Numantino