Boíllos

Despoblado cercano a Boós, del que únicamente quedan los restos de su iglesia, después convertida en ermita.

Boíllos
Nave de la ermita de San Lorenzo. Foto Ángel Lorenzo

Fecha de despoblación: Desconocida

Localidad: Boos

Estado actual: Despoblado

Término municipal: Valdenebro

Descripción

Despoblado cercano a Boós (Valdenebro) ubicado a poco más de un kilómetro en dirección suroeste y cerca del río Sequillo.

Para llegar al lugar partiremos de Boós en dirección sur por la carretera SO-P-4248, cruzaremos primero el río Sequillo e inmediatamente después de cruzar una acequia, habiendo recorrido unos 800 m, aparece una pista a la derecha que, tras otros 400 m, nos conduce a las inmediaciones de la ermita de San Lorenzo que ya hemos visto desde lejos. El último tramo hay que hacerlo a pie pues se encuentra en medio de campos de labor.

DATUM   LATITUD                    LONGITUD
ETRS89 41.59333856659429      -2.9073230350611174
ETRS89 41º 35´ 36´´ N                    2º 54´ 26´´ W
UTM 30    Coord. X                    Coord. Y
  507.723,93                      4.604.630,73
Altitud   987,38 m

Es posible que el nombre de Boíllos tenga su origen en el latín bos bovis, dándonos una pista sobre una probable presencia de ganado bovino, pero más que su eventual significado interesa constatar el empleo de un diminutivo como topónimo, puesto que podría indicar una relación con otro lugar de referencia como origen de una repoblación o, si están tan cercanos como en este caso, un vínculo de dependencia jerárquica de una localidad respecto a la otra.

En 1170 Alfonso VIII concede una serie de privilegios al Cabildo de la Catedral de Osma, en el que se documenta la existencia de lugares en los que esta institución tenía posesiones, encontrándose entre ellos Torralba, Boós y Valverde.

La única evidencia de que Boíllos pudo existir en esa época son los restos de su parroquia que fue edificada según los cánones del estilo románico propios de finales del siglo XII o principios del XIII.

Gonzalo Martínez Díez (1) dice de Boíllos que perteneció a la Comunidad de Villa y Tierra de Osma pero la primera referencia exclusiva conocida sobre Boíllos la ofrece Juan Loperráez y Corvalán (2) quien afirma que en 1474 el lugar fue comprado por el obispo Pedro Montoya para darlo a la mesa episcopal, lo que el historiador conoció en base a unos documentos del archivo que no cita.

El Catastro del Marqués de la Ensenada, en entrada propia fechada el 20 de septiembre de 1571, ya califica como despoblado a Bohíllos y explica que era un término de realengo en el que había algunas tainas y la ermita de San Lorenzo. Sus tierras las disfrutaban los vecinos de Boós que las empleaban para sembrar trigo, centeno, avena, cebada y pastos, pero también había monte de matorral y arbolado que proporcionaba bellotas. Los diezmos y primicias se los repartían entre la ermita de San Lorenzo, el obispo de Osma, el cabildo, el cura párroco de Boós y el Seminario de El Burgo de Osma.

ERMITA DE SAN LORENZO

En el siglo XVIII, el mencionado Catastro del Marqués de la Ensenada recoge que apenas quedaba en pie alguna edificación empleada como taina o majada.

En el siglo XXI únicamente quedan los restos de su iglesia parroquial, un templo que, tras el abandono del pueblo, quedó relegado a la categoría de ermita dependiente de la parroquial de Boós.

Boíllos
Ermita de San Lorenzo en mitad de un campo de labor. Foto Ángel Lorenzo

Hoy es un templo arruinado que ha perdido su cubierta y parte de los muros. La configuración de la nave rectangular y su canónica orientación, nos recuerda las trazas románicas, no ocurriendo lo mismo con el ábside como veremos seguidamente.

La fábrica del edificio, en general, presenta mampostería, ladrillo, sillarejo y algunos sillares, estos últimos presentes en los escasos vanos, en las esquinas y en el enorme arco triunfal de medio punto que da paso al presbiterio.

Boíllos
Portada de la ermita de San Lorenzo. Foto Ángel Lorenzo

La cabecera del templo es una reconstrucción del probable ábside románico con planta semicircular, que en este caso presenta un testero plano. Teresa García López, José María Incausa Moros y Luis C. Pastor (3), en un artículo periodístico sobre la iglesia, consideran que esta variación obedece a una reforma de la capilla mayor, que curiosamente es la que en peor estado se encuentra, y que es obra de una ampliación del siglo XVIII en la que además se añadió, en el hastial de poniente, una espadaña de dos vanos confeccionada en ladrillo. Añaden que lleva arco triunfal doblado que separa la nave del presbiterio, sostenido con dos medias columnas con capiteles decorados, el de la izquierda con hojas y el de la derecha con figuras antropomorfas, ambos expoliados a finales de septiembre de 2018.

La capilla mayor se iluminaba con dos ventanas, una en el lado sur y otra en el este, las dos con jambas y dinteles de ladrillos macizos. La nave, por su parte, presenta otras dos aberturas, una ventana elevada en el lado de la epístola que conserva una reja y una ventanita con arco, en el lado de poniente, cegada y abocinada al interior.

Boíllos
Muro de poniente de la ermita de San Lorenzo. Foto Ángel Lorenzo

En el hastial de poniente se encuentra la espadaña de ladrillo con dos huecos, vacíos, para campanas. Como es habitual, la puerta de acceso se encuentra en la pared sur, abierta a los pies de la nave, presentando un arco de medio punto de dos arquivoltas, con chambrana de nacela. Arrumbada a los pies de la nave, todavía podíamos ver en febrero de 2021 una tosca pila bautismal.

Los anteriormente mencionados investigadores continúan su descripción diciendo que los arcos apoyan directamente en una imposta de nacela simple, careciendo de cualquier decoración aunque «si nos fijamos un poco vemos que, en el intradós del salmer de poniente, alguien esculpió un grafiti donde vemos la parrilla de San Lorenzo».

En septiembre de 2018, al final de un verano que se caracterizó por los robos y expolios del patrimonio rural soriano, al arco triunfal de la ermita le arrancaron sus capiteles, dovelas y semicolumnas. Afortunadamente poco después las piezas fueron recuperadas y entregadas en custodia al Ayuntamiento de Valdenebro.

Boíllos
Arco de gloria y detalle de los restos de esgrafiado que conserva. Foto Ángel Lorenzo

En el artículo indicado, García, Incausa y Pastor recogen testimonios sobre la desaparecida romería de Boós a la ermita de San Lorenzo que desapareció en los últimos años del siglo XX, más o menos a la par que perdió el tejado. Recuerdan también testimonios de vecinos de Boós, de cuando eran niños y acudían al templo a la salida de la escuela por la tarde para llevar aceite a la lámpara del Santísimo; o que allí celebraban Jueves Santo, vísperas de la Ascensión y San Lorenzo, que aunque siempre se procuraba celebrar en su fecha, el 10 de agosto, en función de cómo llevaban la cosecha, el Ayuntamiento decidía si era conveniente el traslado de la fiesta a otra jornada. En esta ermita cada martes antes de la Ascensión, los vecinos de Boós acudían a celebrar una misa tras la cual procedían a bendecir los campos, después, todo el pueblo subía y comían juntos en la Cruz del Carrascal. Cada uno llevaba su comida pero el Ayuntamiento encargaba dos botos de vino que dejaban en el “enebro del vino”, repartiéndolo allí entre los vecinos en unas tazas de plata.

Boíllos
Vista de Boós desde el interior de la ermita de San Lorenzo. Foto Ángel Lorenzo

Alberto Arribas con la colaboración de Ángel Lorenzo, Maribel Zapatero, Luis C. Pastor.

(1) MARTÍNEZ DÍEZ, Gonzalo (1983): Las Comunidades de Villa y Tierra de la Extremadura castellana. Editora Nacional, Madrid, página 90.

(2) LOPERRÁEZ Y CORVALÁN, Juan (1788): Descripción histórica del Obispado de Osma con el catálogo de sus prelados. Tomo II, Madrid. Edición facsímil por Ediciones Turner, Madrid 1978, página 368.

(3) GARCÍA LÓPEZ, Teresa; INCAUSA MOROS, José María y PASTOR LASO, Luis C (2021): San Lorenzo de Boós, románico expoliado y abandonado, artículo en El Día de Soria 17/06/2021 pp. 30 y 31.