Tradicionalmente y hasta conocer el contenido de la citada web, considerábamos que Borjabudo era único y el despoblado que trataremos primero.
1.- Borjabudo I: documentado por vez primera por Gonzalo Martínez Díez (2) que lo recogió de la tradición oral. Este investigador lo localizó en el término de Monteagudo, a unos cuatro mil cuatrocientos metros al oeste-sudoeste de la villa, a unos quinientos metros al sur de la vía del ferrocarril, sobre un montículo de dos cabezas de cotas 845 y 846 (3). Dice que en ese paraje se han localizado abundantes cimientos y escombros. Al igual que nosotros, Gonzalo Martínez también razonó que la propia toponimia y la orografía hacían altamente probable la existencia de una torre que de momento no se recoge ni siquiera en ruina.
Según el mapa de Instituto Catastral este paraje se llama “Borjabud” y se corresponde con el Polígono 12 Parcela 5043. Más puntualmente podemos situarlo en:
DATUM |
LATITUD LONGITUD |
ETRS89 |
41.35410890155879 -2.2204724541873873 |
ETRS89 |
41º 21´ 15´´ N 2° 13′ 13″ W |
UTM 30 |
Coord. X Coord. Y |
|
565.205,81 4.607.162,78 |
Altitud |
853 m |
Para visitar este emplazamiento tendremos que salir de Monteagudo por la carretera CL-116 hacia Valtueña que enseguida cruza el arroyo de la Cañada, también llamado de San Bernardino o Richuelo. Pasada la chopera, sale un camino de tierra a la izquierda que en no muy buenas condiciones y entre fincas de cultivo, tras 5 kilómetros de recorrido entre el arroyo y la vía del ferrocarril Valladolid-Ariza, lleva al despoblado. Si consideramos el inicio del camino como pk 0 de este particular recorrido, lo seguiremos siempre de frente hasta llegar a un cruce a la altura del pk 3.6. Allí el desvío derecho, al norte del arroyo, nos llevará al despoblado Tataragudo, pero si elegimos el izquierdo que avanza en dirección sur, tendremos que recorrer otros 1.400 metros. Allí, observando al norte y al otro lado de la finca de cereal que tendremos que cruzar, veremos el cerrete amesetado donde está el despoblado.
Según la web de yacimientos arqueológicos de Castilla y León (4), aquí se han localizado elementos cerámicos facturados a torno, alternando las producciones oxidantes con las reductoras, para las que no es posible precisar su adscripción a un periodo cronocultural concreto. En la zona central del área se observan unos marcados alomamientos del terreno que parecen dibujar una planta más o menos cuadrangular correspondiente a una construcción realizada con bloques calizos de desigual tamaño y en cuyo entorno pueden apreciarse algunos fragmentos de teja curva. Estos indicios llevan al desconocido autor de ese texto a suponer allí la existencia del despoblado medieval llamado Borjabudo.
Sin embargo esa web no informa sobre castros ni hallazgos de época celtibérica, una información que nos fue transmitida tan contundentemente por la tradición popular (5) así como por diversas páginas web de carácter informativo o turístico sin valor académico, que la habíamos dado por segura. Parece que la atribución celtíbera de estos restos está equivocada, o más bien que sea inexacta y debida a que no precisamente aquí pero muy cerca, en el cercano Tatarabudo, sí han aparecido restos de la Edad del Hierro y que por extensión de una parte se aplique a un todo.
2.- Borjabudo II: el otro emplazamiento se sitúa en la ladera sur del cerro Corneta (873 m.), a unos 3 km al nordeste de Borjabudo I, a poco más de uno al oeste del casco urbano de la villa y en la siguiente posición geográfica:
DATUM |
LATITUD LONGITUD |
ETRS89 |
41.3633609715325 -2.18665018835469 |
ETRS89 |
41º 21´ 43´´ N 2° 11′ 11″ W |
UTM 30 |
Coord. X Coord. Y |
|
568.027,01 4.579.414,73 |
Altitud |
846 m |
Este lugar no lo hemos visitado y no podemos recomendar un camino de acceso pero, dada la cercanía a la villa y la existencia de fincas de cultivo cerca de Monteagudo, se estima que su acceso a pie no sea muy complicado.
De este segundo yacimiento, la misma web de la Junta de Castilla y León (6) recuerda que en 1986 se situó aquí el despoblado de Borjabudo, detectándose cerámicas y fragmentos de vidrio de época actual o subactual, y que en el mismo lugar apareció material lítico de sílex pero en tan escasa cantidad que no permite aproximar una datación.
No conocemos el lugar, la cantidad ni el detalle de los restos analizados pero basándonos en la tradición oral que situaba Borjabudo en el emplazamiento en el que después la arqueología identificó la presencia de restos de un poblado medieval, nos inclinamos a pensar que la primera propuesta sea la adecuada.