Cabrejuelas del Hoyo
Despoblado de Fuentetecha, también documentado como Cabrejuelas del Foyo y como Cabrejas del Foyo.
- Fecha de redacción:
- Última revisión: septiembre 2024
Despoblado de Fuentetecha, también documentado como Cabrejuelas del Foyo y como Cabrejas del Foyo.
Despoblado de Fuentetecha, también documentado como Cabrejuelas del Foyo y como Cabrejas del Foyo, localizado en la ladera sur del cerro de San Sebastián al que probablemente daba nombre su parroquial.
Gonzalo Martínez Díez (1) lo ubica en la ladera sur del cerro de San Sebastián, a unos seiscientos metros, también al sur, de Fuentetecha. Los vecinos del pueblo ofrecen la misma localización añadiendo que en las fincas aledañas, al labrar, solían aflorar piedras y elementos constructivos del despoblado.
DATUM |
LATITUD LONGITUD |
ETRS89 |
41.743704 -2.313641 |
ETRS89 |
41º 44´ 37´´ N 2º 18´ 49´´ W |
UTM 30 |
Coord. X Coord. Y |
557.070,29 4.621.548,20
|
|
Altitud |
1.093 m. |
Se accede a ese lugar saliendo de Fuentetecha por la SO-P-2005 en dirección sur hacia la N-234. A la altura del punto 2,200, a menos de 500 m del pueblo sale un camino de tierra a la izquierda que se dirige hacia el este bordeando el cerro San Sebastián hacia unas naves. Esta zona que aparece a la izquierda de la pista, entre las naves, el cerro y la propia pista, sería, de forma imprecisa, la ubicación del despoblado.
Isabel Goig Soler (2) propone una ubicación algo más alejada del cerro de San Sebastián y plantea la posibilidad de que la cercana ermita de la Virgen de la Sierrecita (Carazuelo) pudiera ser originalmente la parroquia del despoblado, aunque testimonios recogidos en Carazuelo no coinciden con esta segunda tesis y sí con la ofrecida por Gonzalo Martínez.
Para Eleuterio Carracedo Arroyo (3), “Cabrejuelas sería un derivado romance del topónimo anterior (CAPRICULUS: corzo, cabritillo, nombre derivado del latin CAPRA) mediante el sufijo -uelo -a”. Añade que el topónimo podría estar relacionado con la existencia de ganado caprino en los lugares así denominados y que también puede estar relacionado “con acepciones peyorativas, concretamente con vegetales de mala calidad o terrenos con hierba también de mala calidad”. Por lo que se refiere a la partícula del Hoyo, únicamente dice que deriva del latín Fovea (hoyo).
En este sentido cabe señalar por nuestra parte que el apellido del Hoyo pudiera tener relación con el manadero de agua que se encuentra a unos 450 m al este de la cumbre del cerro de San Sebastián, con ligera desviación sur. Es esta una curiosa surgencia pues normalmente no brota agua de ella salvo en contadas ocasiones de abundantes lluvias, a pesar de lo cual el agujero (el hoyo) no se ha obturado y la superficie del agua que acoge en su interior es visible a través de la maraña de zarzas y maleza que lo envuelven.
En cuanto a los estudios de ocupación del Cerro de San Sebastián, los trabajos de Blas Taracena Aguirre (4) en 1941, concluyen con que “se ven tiestos de barro rojo celtibérico que parecen corresponder a los siglos III-I a.C.”
Por su parte, en 1995, Fernando Morales Hernández (5), por los restos líticos aparecidos en las prospecciones llevadas a cabo, afirma que los vestigios más antiguos encontrados “están documentando, en el Eneolítico final o inicios del Bronce Antiguo, un hábitat en altura, con una ventajosa situación estratégica que facilita la defensa”. Añade que el cerro fue “reocupado” durante la Primera Edad del Hierro, hacia los siglos V y IV a.C. y que el asentamiento “castreño” pudo enlazar sin ruptura ocupacional con un intenso y prolongado hábitat celtibérico que se podría remontar al siglo III a.C., “llegando posiblemente, según revelan algunos materiales, hasta el I d. de C”.
Indica este mismo autor que “El nombre se debe a la advocación de la pequeña ermita que existía en lo alto del cerro y de la que todavía se aprecian los cimientos”, detalle este que aún se puede corroborar pues los “cimientos” aludidos son perfectamente visibles.
En 1850 Pascual Madoz cita escuetamente Cabrejuelas del Hoyo en su Diccionario y únicamente dice de él que es un despoblado en la provincia y partido judicial de Soria, término jurisdiccional de Fuentetecha.
En 1880, Manuel Blasco Jiménez (6) refiriéndose en su Nomenclator al cerro de San Sebastián, dentro del apartado de Fuentetecha, afirma que en él “se encuentran vestigios de un antiguo templo del que casi se ha perdido la memoria. Quiénes pretenden que conmemora la existencia de otro lugar antiguo, pero los más convienen que en aquellos vestigios atestiguan la desaparición de una ermita”. En cuanto al solar del propio despoblado, en la propia entrada de Cabrejuelas del Hoyo, este autor (o. c. página 152) apunta que del despoblado “apenas quedan vestigios y al cual pudo corresponder un sepulcro de piedra con tapa de idem perfectamente ajustada, descubierto hace unos 28 años (en 1852) con tan mala fortuna, no obstante la inscripción que lo sellaba y la rara coincidencia de contener siete cráneos sin tronco alguno que según referencias posteriores desempeña actualmente el oficio de pila de una fragua”.
A los pies del cerro, en el paraje Trasoro o Carrajuel, la web de Yacimientos Arqueológicos de la Junta de Castilla y León (7) apunta restos con evidencias romanas, medievales y modernas ya “reconocidas en el año 1929 por Taracena”.
Cabreiuellas del Foyo aparece documentado en el Censo de 1270 cuando tenía dos moradores que pagaban el diezmo a la iglesia de Nuestra Señora del Poyo de la villa de Soria (8), complemento este “del Poyo”, prácticamente idéntico al “del Foyo”, y que puede ser el que diera nombre al poblado, opinión compartida por Lorenzo Aguirre (9) que igualmente afirma que se llama Cabrejas del Oyo o del Campo. También se documenta en el Censo de la Concordia de 1352, esta vez como Cabrejuelas del Foyo
Por su parrte Enrique Díez Sanz (10) lo pone como ejemplo de lugar de la Tierra de Soria, Sexmo de Frentes, que pudo quedar despoblado entre los siglos XIV al XV, y que por una apropiación más o menos indebida, llevaron a cabo algunos personajes de la nobleza local soriana, en su mayoría miembros de los Linajes. El investigador recuerda que los interesados esperaban a que el término estuviera derraygado (11) para apoderarse de él.
Esta ocupación ilegal se constata ya a comienzos del siglo XV cuando algunos autores (12) (de la parte interesada) dicen que pertenecía a doña Constanza de Mendoza, primera esposa de Ramiro Yáñez de Barnuevo y Sotomayor, ambos sepultados en el monasterio de San Francisco, señora de los heredamientos de Tovajas, Sotos del Duero, Almenar, Cabrejuelas del Hoyo y Fonsanco; hermana de Pedro de Mendoza, señor de Almazán. De esa época tenemos noticia del censo de 1528 en donde se indica que estaba habitado por seis vecinos pecheros.
De la ilegalidad de la ocupación tenemos más noticias que ofrecen Enrique Díez Sanz y Víctor M. Galán Tendero (13), quienes afirman que en 1561, el lugar era explotado y ocupado ilegalmente por el regidor de Soria Francisco de Barnuevo, y que tenía como guarda un «negro» que impedía que los vecinos de la Ciudad y la Tierra, y especialmente a los de la cercana Fuentetecha, se aprovechasen de él. Finalmente, y sin saber muy bien cómo, quedó en poder suyo o de su familia, pues diez años después Cabrejuelas aparece como propiedad de su hijo Juan, también regidor de la ciudad, que solía arrendarlo por partes a vecinos de Fuentetecha.
Unos años después, un “Cabrejuelas sin vecinos 1 pila” (14) perteneciente al arciprestazgo de Gómara y correspondiente al censo de 1591, ya no ofrece cifras de habitantes aunque sí matiza la existencia de una pila bautismal, una simple circunstancia que unida al hecho de referenciarlo como unidad poblacional podría indicar que el pueblo se conservaba pero no tenía habitantes censados pues, aunque posiblemente tuviera residentes, no figuraban como empadronados. Esta circunstancia prácticamente inédita de tener una pila y ningún habitante puede considerarse algo excepcional en el censo correspondiente al obispado de Osma, pues únicamente Cabrejuelas del Hoyo y Quintanilla la Yerma (otro despoblado burgalés cerca de Peñaranda de Duero, entonces de ese obispado), llevan esta matización.
En cualquier caso, habitado o no, sabemos que en 1739 y como consecuencia de la venta de baldíos puesta en marcha por Felipe V, el término de Cabrejuelas seguía ocupado por los Barnuevo, pero fue declarado término derraygado por el juez Joseph Xavier de Solórzano, aunque finalmente no fue privatizado.
En 1752 el Catastro del Marqués de la Ensenada se ocupaba de Cabrejuelas del Oyo, un despoblado de realengo con tierras de regadío, secano, prados de secano, de regadío, plantaciones de olmos negros y sauces, en las que recogían entre otras especies, trigo, avena, centeno y cáñamo. Eran sus propietarios diversas cofradías, capillas e instituciones eclesiásticas.
Alberto Arribas con la colaboración de Ángel Lorenzo, Maribel Zapatero, Luis C. Pastor
(1) MARTÍNEZ DÍEZ, Gonzalo (1983): Las Comunidades de Villa y Tierra de la Extremadura castellana. Editora Nacional, Madrid, página 170.
(2) GOIG SOLER, Isabel: http://soria-goig.com/despoblacion/despo_08c1.htm
(3) CARRACEDO ARROYO, Eleuterio (1996): Toponimia de la Tierra de Soria. Ediciones de la Excma. Diputación Provincial de Soria. Colección Temas sorianos nº 32. Imprenta Provincial de Soria, páginas 165 y 44.
(4) TARACENA AGUIRRE, Blas (1941): Carta arqueológica de España. Soria. Edita el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Diego Velázquez. Madrid 1941.
(5) MORALES HERNÁNDEZ, Fernando (1995): Carta arqueológica de Soria. La altiplanicie soriana. Publicaciones de la Excma. Diputación Provincial de Soria. Soria. Páginas 113 a 116.
(6) BLASCO JIMÉNEZ, Manuel: Nomenclátor histórico, geográfico, estadístico y descriptivo de la provincia de Soria, 1ª edición, Soria 1880. Imprenta y Librería de la Infancia, página 298.
(7) https://servicios.jcyl.es/pweb/datosYacimiento.do?numero=195538
(8) ASENJO GONZÁLEZ, María (1999): Espacio y sociedad en la Soria medieval (siglos XIII-XV). Colección Temas sorianos nº 38. Diputación Provincial de Soria.
(9) AGUIRRE, Lorenzo (1890): “Soria. Recuerdos y apuntes”. Recuerdo de Soria, 2ª época, página 23.
(10) DIEZ SANZ, Enrique (2009): Soria, un universo urbano en la España de los Austrias. Edita Caja Duero, pp. 99 -101.
(11) Derraygado: término ya en desuso que se aplica a aquellas entidades de población totalmente despobladas o que contasen con menos de cinco vecinos. Bajo esas condiciones, pero respetando las propiedades particulares, el término del pueblo pasaba a ser de realengo con lo que todos los vecinos de la Tierra de Soria tenían derecho al usufructo comunal del término, aunque fue muy habitual que los ganaderos más poderosos que pertenecían a la nobleza y ocupaban cargos concejiles, se adueñasen u ocupasen ilegalmente ese término en su propio beneficio como término redondo, haciendo caso omiso de los requerimientos de la Justicia. Esta circunstancia hizo que a veces llegaran a ejercer presión o amenazaran a sus escasos moradores para que abandonasen el lugar y así ocuparlo como término redondo. De Máximo Diago Hernando en el artículo “Los términos despoblados en las comunidades de villa y Tierra del Sistema Ibérico castellano a finales de la Edad Media”. Revista Hispania LI/ 2, 178 (1991) páginas 470 y 471.
(12) MOSQUERA DE BARNUEVO, Francisco (1612): La Numantina, Canto Séptimo, página 178. También en http://www.abcgenealogia.com/Barnuevo00.html
(13) DIEZ SANZ, Enrique; GALÁN TENDERO, Víctor M (2012): Historia de los despoblados de la Castilla Oriental. Tierra de Soria siglos XII a XIX. Ediciones de la Excma. Diputación Provincial de Soria, Colección Temas Sorianos nº 56, 2012. Página 320.
(14) Copia del Censo de población de las provincias y partidos de la Corona de Castilla en el siglo XVI con varios apéndices para completar la del resto de la península en el mismo siglo, y formar juicio comparativo con la del anterior y siguiente, según resulta de los libros y registros que se custodian en el Real Archivo de Simancas. Madrid Imprenta Real 1829, página 284.
Asociación de Amigos del Museo Numantino