Núcleo de población que llegó a estar despoblado.
Núcleo de población, dependiente de Almarza, que llegó a estar despoblado y que en la actualidad constituye un buen ejemplo de revitalización de una comunidad.
Se encuentra a unos veinte kilómetros de Soria. Para llegar a Matute tomaremos la carretera SO-620 desde el cruce de la N-111 en dirección contraria a la que se dirige a la zona de El Valle. Tras recorrer 2,5 km y pasar junto a la Casa Fuerte de San Gregorio (ver), estaremos en el pueblo.
DATUM | LATITUD LONGITUD |
ETRS89 | 41.901121 – 2.436951 |
ETRS89 | 41º 54´ 02´´ N 2º 26´ 13´´ W |
UTM 30 | Coord. X Coord. Y |
546.702,59 4.638.951,12 | |
Altitud | 1.122 m. |
Pérez-Rioja (1) ofrece los gentilicios matutano y matute, y cita a Pancracio Celdrán, para quien el nombre de la población puede proceder del antropónimo latino Matutinus, nacido en las primeras horas del día, matinal. También recoge las opiniones de Carracedo para quien puede ser un topónimo de repoblación de La Rioja, concretamente del alto valle del río Najerilla, donde se encuentra una localidad con el mismo nombre, opinión coincidente con la de Clemente Sáenz Ridruejo (2) cuando afirma que “Por vía toponímica deducimos una repoblación de gentes cameranas al norte de Soria: Almarza, Gallinero, La Laguna, Lumbrerillas, Matute, San Andrés y Santa Cecilia, repiten nombres de poblaciones ultramontanas”.
Según Gonzalo Martínez Díez (3), entre 1169 y 1170 tiene lugar la primera referencia histórica sobre el monasterio templario de San Juan de Otero. Este autor recoge un texto de Rades (4) en donde se cita el litigio que se produjo entre las dos órdenes que a continuación se citan, cosas de las herencias, al morir el monje calatravo fray Fernando Núñez en tiempos del maestre de esa orden Fernando Escaça (1169-1170) ya que el finado “auía recebido el hábito de templario en el convento de Sant Iuan de Otero y hecho profesión: y después le auía dexado y tomado el de Calatraua, con el cual auía muerto”.
El mismo texto de Rades, citado por Martínez Díez, ubica este monasterio de San Juan de Otero, diciendo que se encontraba a «tres leguas de la ciudad de Soria en un cerro muy alto llamado el Otero, donde al presente ay una ermita llamada Santo Iuan, y con cimientos y otras señales de grandes edificios«.
Esta descripción nos haría pensar que el monasterio templario pudo estar en el cerro de San Juan cerca de Matute, en perjuicio de la tradicionalmente ofrecida desde tiempos de Loperráez (5) en la ermita de San Bartolomé en el cañón del río Lobos. Abundando en esta hipótesis hay que señalar que en el mapa de Tomás López de 1783 de lo que entonces constituía la provincia de Soria, en este mismo cerro de San Juan figura una nota con el texto “fue de templarios”.
No obstante lo anterior, el mismo Martínez Díez (o.c. pág 117), complica la ubicación de la encomienda templaria al decir que “En otro lugar propusimos y razonamos la probable situación de esta iglesia templaria de San Juan del Otero; la ubicábamos en el cerro llamado San Juan, a tres leguas exactas de Soria, casi en el punto donde vienen a coincidir los términos municipales de Mazalvete, Peroniel del Campo y Tozalmoro, donde se encuentran restos de varios edificios y donde en el siglo pasado se celebraba una misa el día de San Juan”.
También aparece Matute en el Censo de población de 1270 (6), fecha en la que se le cita como aldea dezmera de la colación de Santa María del Azogue, figurando con un vecino, siete moradores y tres atemplantes. Posteriormente pasó a depender del Sexmo de Tera.
Eleuterio Carracedo Arroyo (7) apunta que “Matute contra Sepúlvega, (es la) forma con la que se documenta en la Sentencia de Concordia (1352) el lugar del sexmo de Tera conocido actualmente como Matute de la Sierra”. Este “contra” haría alusión, según el autor, a la situación “uno frente a otro” de los dos lugares, separados por apenas 1.200 m.
Con los datos de que disponemos sobre la población de Matute, podemos plasmar la evolución de sus habitantes de la siguiente forma:
1270- un vecino / 7 moradores / 3 atemplantes (padrón de 1270). Collación de Sta. María del Azogue (8).
1270 y 1352 – “Matute contra Sepúlvega” (padrones correspondientes) 11 vecinos (o.c. María Asenjo).
1527 – 13 vecinos (o.c. María Asenjo).
Siglo XVI (finales).- 50 habitantes (9).
1752 – 13 vecinos y una viuda (que contaba como medio vecino) según el Catastro del Marqués de la Ensenada.
1829 – 16 vecinos (75 habitantes) (10)
1850 – 16 vecinos, 68 almas (11).
1880 – 80 almas (12) (13).
1909 – 74 almas (14).
1920 – 45 habitantes (o.c. Esteban Valtueña Jiménez).
1940 – 54 habitantes (o.c. Esteban Valtueña Jiménez).
1960 – 28 habitantes (o.c. Esteban Valtueña Jiménez).
1996 – 6 habitantes (o.c. Esteban Valtueña Jiménez).
2007 – 11 habitantes (o.c. Esteban Valtueña Jiménez).
Completando estos datos contamos con la información verbal de Nieves Díez i Pérez, nieta de los últimos habitantes de Matute, que nos refiere que el total abandono se produjo en el invierno de 1971 y que el pueblo contaba con unas quince casas a las que no había llegado el agua corriente pero sí la luz eléctrica. Tras aproximadamente 25 años de abandono, una primera persona compró una casa para rehabilitarla y esa iniciativa enseguida fue secundada por otras dos. Esa dinámica fue en aumento y en la actualidad apenas hay alguna casa sin rehabilitar en el conjunto del caserío, manteniendo sus propietarios una productiva actitud de recuperación del pueblo. También se ha recuperado la iglesia de Santa Coloma tanto para usos litúrgicos como culturales, siendo la sede donde se celebra en verano la Semana Cultural de Matute, de la que en 2023 se celebró la edición número XIII. También se han instalado en Matute dos establecimientos de turismo rural.
La iglesia parroquial, de factura románica, está dedicada a Santa Coloma. Sus escasos elementos decorativos fueron saqueados así como sus campanas, pero la mayor parte de los retablos se depositaron en El Burgo de Osma. Durante muchos años se empleó como majada y como local para celebrar las fiestas de los hijos del pueblo. Fue restaurada en 1999 y, tras muchos años de no hacerlo, se volvió a celebrar misa el día de la Pascua de Resurrección de 2000.
La iglesia contiene una pila bautismal con decoración de arquillos ciegos entrecruzados de traza románica. Se usó por última vez en 1964 para bautizar a la también última niña nacida en el pueblo. En agosto de 2006 la pila volvió a ser empleada para bautizar a otra niña.
Pedro Luis Huerta (15), en la Enciclopedia del Románico en Castilla y León dice:
«El pueblo se asentó al pie del cerro de San Juan, con su iglesia parroquial ubicada al sureste del caserío, en un bello paraje formado por pequeños huertos y frondosas arboledas que dotan al entorno de un encanto especial. El templo se levantó sobre una especie de terraza formada por el cauce de un arroyo situado al mediodía que permanece seco durante gran parte del año. Al norte se abre una pequeña explanada o prado presidido como era costumbre por un viejo olmo ya seco.
Se trata de una iglesia levantada durante los años finales del siglo XII con algunas reformas y añadidos posteriores que apenas alteraron la primitiva fábrica. Fue construida conforme a las normas tradicionales de la época y de la zona, es decir aparejo de mampostería con refuerzos de sillería en las esquinas y en la portada. Las irregularidades de los paramentos fueron corregidas por medio de un enlucido blanco, todavía visible en algunas partes del edificio. Este procedimiento fue habitual en muchas de las iglesias románicas sorianas pero el paso del tiempo y los cambios en los criterios de restauración han favorecido en la mayoría de los casos su desaparición.
Al período románico pertenece toda la caja de muros, es decir, la cabecera, la nave y la espadaña. El ábside es de planta semicircular con un corto tramo recto que hace la función de presbiterio. En su eje se abre un pequeño ventanal a modo de aspillera por el que penetra la escasa iluminación del interior. Otro ventanal de cronología posterior se abre en el muro sur del tramo presbiterial. Al exterior es completamente liso, con alero soportado por canecillos de nacela. En origen debió de estar completamente revocado por un enlucido de cal que ocultaría el aparejo y del cual quedan restos en la mitad superior del muro que se extienden también por el muro norte.
La nave experimentó algunas modificaciones debido a los graves problemas de estabilidad que presentaba en su lado meridional. Como consecuencia de ello el muro sur sufrió un derrumbe en época tardía lo que motivó su reconstrucción, eliminándose en esos momentos el alero de canecillos y abriendo una pequeña puerta, hoy cegada, formada por un sencillo arco de medio punto.
En contra de la norma habitual, la portada principal se dispuso al norte, ligeramente adelantada respecto a la línea general del muro. Esta ubicación está justificada por las dificultades orográficas del terreno que hacen prácticamente imposible el acceso por el lado sur y por la situación del caserío al norte del edificio. No se puede descartar tampoco un hipotético traslado desde el muro meridional como consecuencia de su ruina, aunque parece poco probable. Se compone esta portada de doble arco de medio punto sobre imposta de bisel. Empotrados en el muro cinco canecillos prismáticos que debieron soportar un pórtico desaparecido.
Sobre el hastial occidental se levantó una espadaña con dos troneras y remate a piñón, a la que se adosó más tarde otro cuerpo que alberga una escalera de acceso al campanario.
La nave se cubre con techumbre de madera reforzada por cuatro tirantes, mientras que el ábside lo hace con bóvedas de cañón apuntado y de cuarto de esfera que arrancan de una imposta de nacela. Ambos espacios están separados por un arco triunfal apuntado y doblado que descansa sobre dos columnas provistas de capiteles decorados con piñas en las esquinas y triángulos concéntricos. El mismo esquema vuelve a repetirse en los capiteles de la parroquial de Fuentelfresno, iglesia con la que guarda indudables semejanzas no sólo por lo que a la decoración escultórica se refiere.
Al muro sur del presbiterio se añadió posteriormente la sacristía –seguramente del siglo XVIII–, y al este el cementerio.
A los pies de la nave, bajo el coro, se encuentra un reducido habitáculo utilizado como baptisterio en el que se guarda una pila bautismal románica tallada en un bloque de piedra arenisca (123 cm de diámetro × 85 cm de altura). Es de forma troncocónica y se decora con bocel en el borde superior y la típica sucesión de arcos entrecruzados, de talla muy plana. El paralelismo más cercano lo encontramos con un grupo de pilas bautismales localizadas en varios templos del norte de Soria entre las que cabe destacar las de Aylloncillo, Torrearévalo, Ventosa de la Sierra, Canos, Cortos y Ventosilla de San Juan».
Carlos de la Casa y Manuela Domenech (16), en 2015, describen trece estelas medievales de los siglos XII y XIII, que, en diferente estado de conservación, aparecen insertas en la fábrica de la torre de la iglesia, la mayoría en la zona alta del campanario.
A unos cincuenta metros del frontón del pueblo y a poca distancia de la carretera que nos ha llevado hasta Matute y que continúa hacia Portelárbol, se encuentra la fuente, que presenta un arca con varios caños y un pilón. Su fábrica es de mampostería ordinaria aparejada con cal aunque en el frente de aguada presenta un esgrafiado que simula un aparejo de sillares. El agua de la fuente también se aprovechaba para regar unos huertos y para abastecer al lavadero del que apenas quedan unos restos que confirmen su presencia.
Todavía se conservan los antiguos edificios de la fragua y la escuela.
Matute tiene la particularidad de tener dos cementerios, uno civil y otro religioso; el primero ubicado a unos veinte metros al norte de la iglesia y el segundo adosado al ábside de esta.
Alberto Arribas con la colaboración de Ángel Lorenzo, Maribel Zapatero, Luis C. Pastor
(1) PÉREZ-RIOJA, José Antonio (2005): El alma de Soria en el lenguaje. Colección Temas Sorianos nº 50. Edita Excma. Diputación Provincial de Soria, Soria, página 254.
(2) SANZ RIDRUEJO, Clemente (1985): Historia de Soria. CES, página 224.
(3) MARTÍNEZ DÍEZ; Gonzalo (2001): en Los Templarios en los reinos de España. Colección Planeta Historia y Sociedad. Editorial Planeta, Barcelona, página 79.
(4) RADES y ANDRADA, Francisco (San Andrés de Soria, comienzos del siglo XVI – 1599):”Crónica de las tres Órdenes y caballerías de Santiago, Calatrava y Alcántara” (1572).
(5) LOPERRÁEZ Y CORVALÁN, Juan (1788): Descripción histórica del Obispado de Osma con el catálogo de sus prelados. Tomo II, Madrid. Edición facsímil por Ediciones Turner, Madrid 1978.
(6) ASENJO GONZÁLEZ, María (1999): Espacio y sociedad en la Soria medieval (siglos XIII-XV). Colección Temas sorianos nº 38. Diputación Provincial de Soria, página 91.
(7) CARRACEDO ARROYO, Eleuterio (1996): Toponimia de la Tierra de Soria. Ediciones de la Excma. Diputación Provincial de Soria. Colección Temas sorianos nº 32. Imprenta Provincial de Soria, Soria página 107.
(8) ASENJO GONZÁLEZ, María (1999): Espacio y sociedad en la Soria medieval (siglos XIII-XV). Colección Temas sorianos nº 38. Diputación Provincial de Soria.
(9) DÍEZ SANZ, Enrique (1987): Soria y su Tierra ante el sistema fiscal de Felipe II. Edita la Mancomunidad de los 150 pueblos de la Tierra de Soria, página 144.
(10) MIÑANO Y BEDOYA, Sebastián (1826-1829): Diccionario geográfico-estadístico de Soria. 1826-1829. Edición de Silvano Andrés de la Morena, Soria Edita, Soria 2004.
(11) MADOZ, Pascual (1846-50): Diccionario geográfico-estadístico-histórico. Edición facsímil de los textos relativos a la provincia de Soria. Edita Ámbito ediciones SA y Diputación de Soria, 1993. Imprime Gráficas Ortega SA Valladolid.
(12) BLASCO JIMÉNEZ, Manuel (1880): Nomenclátor histórico, geográfico, estadístico y descriptivo de la provincia de Soria, 1ª edición, Soria. Imprenta y Librería de la Infancia.
(13) VALTUEÑA JIMÉNEZ, Esteban (2008): “Nomenclátor de todas las entidades de población de la provincia de Soria. Censo de Población de los años 1880, 1920, 1940, 1960, 1966 y 2007”, en Revista de Soria IIª época, nº 62.
(14) BLASCO JIMÉNEZ, Manuel (1909): Nomenclátor histórico, geográfico, estadístico y descriptivo de la provincia de Soria. IIª edición, Soria. Ed. Tipografía de Pascual P. Rioja.
(15) HUERTA HUERTA, Pedro Luis (2002): Enciclopedia del Románico en Castilla y León. Tomo I. Soria, Fundación Santa María La Real. Centro de Estudios del Románico, pp. 623-626.
(16) DE LA CASA, Carlos y DOMENECH, Manuela (2015): “Estelas medievales en la altiplanicie Soria I: Cuéllar de la Sierra, Matute de la Sierra y Sepúlveda de la Sierra”. Revista de Soria nº 88, pp. 55 a 59.
Asociación de Amigos del Museo Numantino