Mercadera, La

Despoblado del término municipal de Rioseco de Soria.

Vista general de la iglesia de La Mercadera. Foto Ángel Lorenzo
Vista general de la iglesia de La Mercadera. Foto Ángel Lorenzo

Fecha de despoblación: Desconocida

Localidad: Rioseco de Soria

Estado actual: Despoblado

Término municipal: Rioseco de Soria

Descripción

Despoblado del término municipal de Rioseco de Soria que quedó abandonado a finales de la década de 1970 o principios de la siguiente.

Se encuentra en lo alto de un pequeño cerro a unos 3 kilómetros al noroeste de Rioseco y a poco más de un kilómetro al nordeste de Valdealvillo.

DATUM

  LATITUD                    LONGITUD

ETRS89

41.653576                     -2.873309

ETRS89

41º  39´  13´´  N               52´  24´´  W

UTM 30

   Coord. X                    Coord. Y

  518.608,10                  4.614.482,31

Altitud

  1.004 m.

José Luis Herrero Ingelmo (1) reconoce que la hipótesis más aparente, la de relacionar este lugar con la existencia de algún mercado, parece poco probable y apunta si pudiera derivar del sustantivo marca en su acepción de frontera, límite o linde, aunque desconoce a qué límites haría referencia esa posibilidad.

En sus inmediaciones se han localizado varios yacimientos arqueológicos que abarcan un amplio espacio temporal con ocupaciones que van desde el Campaniforme hasta la época tardorromana. Sin embargo si este lugar es reconocido en el mundo de la arqueología española es gracias a las excavaciones realizadas por Blas Taracena (2), quien hacia 1930 investigó una necrópolis anterior a la etapa celtibérica, compuesta por 99 tumbas en las que encontró urnas cinerarias de barro, armas, aperos de monturas, fíbulas, herramientas y adornos. Según el investigador, esta necrópolis debe encuadrarse en algún poblado no localizado de la Edad del Hierro y ocupado en torno al primer cuarto del siglo VI a. de C. del que no han quedado otros restos que estas sepulturas que posiblemente estuvieran recubiertas por empedrados tumulares a base de cantos rodados. Investigaciones posteriores (3) fechan la utilización de esa necrópolis desde ese periodo hasta el primer cuarto del siglo III a. C., y estiman que correspondería a algún poblado con jerarquías bien diferenciadas que se mantuvo unos doscientos años y que estaría compuesto por un grupo cuya población oscilaría entre 12 y 24 individuos.

A escasos trescientos metros al oeste del despoblado, aún se pueden apreciar los restos de la vía romana XIV que comunicaba Numancia con Uxama.

El asentamiento poblacional del actual despoblado de La Mercadera pudo producirse a partir de la restauración del obispado de Osma por parte de su prelado Pedro de Bourges en el año 1101, que incluiría a esta población en su demarcación episcopal. En lo administrativo, por su situación geográfica, el poblado quedó incluido dentro de los límites de la Comunidad de Villa y Tierra de Calatañazor y, como tal, después pasaría al señorío de los Padilla y más tarde al ducado de Medinaceli.

En todo caso las primeras referencias documentales sobre este lugar las ofrece José Vicente de Frías Balsa (4) quien, con documentos del archivo municipal de Rioseco, recuerda que en 1522 La Mercadera figuraba como despoblado, aunque parece que fue una situación muy puntual ya que en el censo de población pechera de 1528 (solo seis años después) se recogen catorce vecinos, aproximadamente medio centenar de habitantes.

Gonzalo Martínez Díez en 1983 (5) incluye La Mercadera entre las aldeas “habitadas” que en su día constituyeron la Comunidad de Villa y Tierra de Calatañazor y no entre sus despoblados. Este dato, además de confirmar su dependencia administrativa, nos da alguna pista sobre la fecha de su abandono.

Durante la correspondiente visita pastoral de abril de 1657, el obispo Palafox visitó el pueblo y en su diario dejó anotado que estaba entonces habitado por seis vecinos (6).

En 1752 se elaboró el Catastro del Marqués de la Ensenada, donde figura La Mercadera como una población con la categoría de “lugar”, dependiente de la jurisdicción de la villa de Calatañazor, entonces señorío del duque de Medinaceli. Tenía tierras dedicadas al cultivo de hortalizas y de cereales de secano, así como prados, dehesas, yermos y montes poblados con robles y estepas, además de algunos olmos, pero todos silvestres pues no existían plantaciones arbóreas. Los productos obtenidos solían ser los habituales: trigo, centeno, avena y berzas, aunque también recogían bellota y hierba empleada para la cría de ganado ovino de raza churra, caprino, cerdos, pollos y pichones, recursos que completaban con la obtención de miel. Disponían también de ganado de tiro para el trabajo compuesto por bueyes, caballos y burros. Había entonces ocho vecinos y “un avitante” (transeúnte), todos labradores aunque dos también ganaderos, y nueve viviendas, cuatro pajares, tres tainas, una taberna-mesón y panadería. No contaban con sacerdote propio.

Frías Balsa (o. c. página 320) recuerda que en 1800 debió surgir algún problema entre los miembros de la cofradía de La Vera Cruz formada por vecinos tanto de La Mercadera como de Rioseco, pues se redactaron unas ordenanzas que vienen a decir que la distancia que separaba ambas localidades no resultaba excusable pues los cofrades de La Mercadera tenían los mismos compromisos que los de Rioseco: “Los vecinos de La Mercadera que pertenecían a la cofradía están obligados a venir a los entierros y demás oficios bajo la misma cuando fallecía uno del anejo, doce hermanos, vecinos de Rioseco, nombrados por los mayordomos y habiendo sido avisados, debían hallarse a su sepelio con la cera de la cofradía, bajo igual pena. Además, los cofrades de La Mercadera, estaban obligados a hallarse en los oficios de Jueves y Viernes Santo y los días de la Invención y Exaltación de la Cruz a misa y procesión, (bajo) pena de media libra de cera”.

En torno a 1826, Sebastián Miñano y Bedoya (7) lo recoge en su trabajo con nueve vecinos, cuarenta habitantes, y añade: «Terreno feraz, que produce buen grano, cáñamo y hortal. Tiene una fuente. Los vecinos son todos labradores».

Pascual Madoz (8) en su Diccionario de 1850, apunta que tiene 10 casas y que cuenta con siete vecinos, treinta almas.

Según la relación de municipios y lugares de la provincia de Soria y población de 1858 (9), se trata de una población con rango de “lugar” del término municipal de Rioseco, habitado entonces por cuarenta y una personas.

Manuel Blasco, en su primer Nomenclátor de 1880 (10), lo define como “mejor que lugar, caserío con 40 habitantes”, mientras que en el segundo, el de 1909 (11), le atribuye 17 “según el censo de 1909”.

Esteban Valtueña Jiménez (12) ofrece como último censo con habitantes el de 1940 con 5 personas inscritas.

En cuanto a su despoblación definitiva, que no abandono, no se ha podido precisar una fecha exacta pues en Rioseco nos informaron que estaba ya abandonado hacia 1975, aunque otras personas emparentadas con descendientes de La Mercadera creen que sería posterior, ya bien entrada la década de 1980.

Si a mediados del siglo XVIII está documentada la existencia de nueve casas y cuatro pajares, podríamos considerar aquella la época de apogeo de La Mercadera, pues en la actualidad únicamente observamos la existencia de cinco edificios que forman el caserío y la iglesia separada a unos cien metros al noreste. De estos inmuebles uno es una moderna nave agropecuaria y el resto son construcciones tradicionales en diferente estado de conservación.

Las viviendas que observamos corresponden al esquema de la arquitectura tradicional de la Tierra de Calatañazor, construcciones de tamaño medio levantadas con los materiales autóctonos del entorno, piedra, madera, adobe, todas de planta única salvo una con planta primera. Las cubiertas son de teja árabe a dos aguas.

Antigua vivienda de La Mercadera. Al fondo, la iglesia. Foto Ángel Lorenzo
Antigua vivienda de La Mercadera. Al fondo, la iglesia. Foto Ángel Lorenzo

No se aprecian evidencias de que en las viviendas se dispusiera de electricidad ni de agua corriente.

En un pequeño alto situado a las afueras del caserío encontramos la iglesia parroquial, un edificio aún en pie pero en mal estado, dedicado al arcángel San Miguel y a la Virgen de las Angustias, que fue vaciado de enseres en su día.

Según algunas fuentes (13) se trata de un edificio originalmente románico del siglo XI, aunque pensamos que puede ser esta una datación injustificadamente antigua ya que en el mencionado siglo la zona todavía era muy insegura por los enfrentamientos fronterizos entre reinos cristianos y musulmanes como para consolidarse una población en la ubicación de la que nos ocupa.

En todo caso, y aparte de desconocer los criterios o la base documental que apoya esa afirmación, hay que señalar que la iglesia de La Mercadera no aparece citada ni en la clásica obra de Juan Antonio Gaya Nuño de 1946 (14), ni en la moderna, extensa y concienzuda Enciclopedia del Románico de la Fundación Santa María la Real (15).

Espadaña vacía de La Mercadera. Foto Ángel Lorenzo
Espadaña vacía de La Mercadera. Foto Ángel Lorenzo

También hay que señalar que el inmueble, en nuestra opinión y exceptuando la expoliada portada que no entramos a valorar, no presenta unas claras características propias de un templo románico.

El edificio, con una orientación SO-NE, es obra de mampostería aunque presenta sillares en esquinas, vanos y arcos. Se cubre con tejado a dos aguas en un pésimo estado de conservación y con partes hundidas. En el interior la nave principal culmina en un arco triunfal de medio punto que da acceso a la capilla mayor de planta cuadrada y cubierta con bóveda de crucería. Lleva en su testero plano un altar de mampostería y en el lucido de cal queda la impronta del retablillo que tuvo. En su lado sur se abre una puerta que comunica con una sacristía adosada.

Por su parte la nave presenta otros dos altares laterales, uno a cada lado, junto al arco del triunfo, igualmente de obra y desprovistos de decoración. A los pies se levanta el coro iluminado por un óculo. En su parte baja se construyó, con muros de adobe y entramado de madera, una sencilla dependencia para baptisterio. En el exterior conserva una espadaña de dos vanos sin campanas.

Los paramentos interiores se encuentran lucidos con yeso y sobre él se pintaron zócalos de añil y cenefas ocres de formas geométricas.

A mediodía, en la fachada principal, justo bajo el alero del tejado, casi donde están los sillares de la espadaña, puede apreciarse todavía la existencia de un reloj de sol circular grabado en el mortero (16).

En la actualidad el edificio no conserva la portada ya que fue víctima de expolio en agosto de 2018 y en su lugar no hay más que un descarnado hueco. No obstante por la documentación gráfica disponible sabemos que constaba de un arco de medio punto con dovelas lisas de doble arquivolta sobre sencillas impostas y jambas, todo carente de decoración y chambrana incompleta de perfil biselado.

Huella del arco expoliado en la entrada de la iglesia. Foto Ángel Lorenzo
Huella del arco expoliado en la entrada de la iglesia. Foto Ángel Lorenzo

Los vecinos de Rioseco, hasta hace unos años, se desplazaban a La Mercadera para celebrar una romería por San Miguel, en mayo, y otra dedicada a la Virgen de las Angustias, en septiembre. Cuentan que aquellas fiestas dejaron de celebrarse a raíz de un desagraciado accidente sufrido por un vecino en el trayecto.

Junto al antiguo caserío y desde algún momento impreciso pero que no parece muy remoto, se ha colocado un grupo escultórico formado por una serie de monolitos a modo de menhires en piedra caliza y un bloque de mármol que pudiera ser un asiento. En el conjunto suele haber flores a modo de ofrenda.

A escasos cien metros al sur de los edificios de La Mercadera, surge una pequeña fuente que recoge sus aguas en un, también, pequeño pilón.

Fuente pilón. Foto Ángel Lorenzo
Fuente pilón. Foto Ángel Lorenzo

Alberto Arribas con la colaboración de Ángel Lorenzo, Maribel Zapatero, Luis C. Pastor

(1) HERRERO INGELMO, José Luis (1994): “Notas sobre la toponimia del Señorío de Calatañazor (Soria): Toponimia menor de Rioseco de Calatañazor”. Toponimia de Castilla y León: actas de la Reunión Científica sobre Toponimia de Castilla y León. Burgos, noviembre de 1992, págs. 285-296.

(2) TARACENA, Blas (1932): Excavaciones en la provincia de Soria. La Mercadera. Memorias de la Junta Superior de Excavaciones y Antigüedades, 119. Madrid.

(3) LORRIO ALVARADO, Alberto José (1998): “La organización social y distribución de la riqueza en una necrópolis celtibérica, en II Simposio sobre los celtíberos [celebrado en Daroca (Zaragoza), del 28 al 30 de abril de 1988] / coord. por Francisco Burillo Mozota, 1990, págs. 39-50.

(4) FRÍAS BALSA, José Vicente de (2020): Rioseco, de lugar a villa. Excma. Diputación Provincial de Soria, página 130, nota 21.

(5) MARTÍNEZ DÍEZ, Gonzalo (1983): Las Comunidades de Villa y Tierra de la Extremadura castellana. Editora Nacional, Madrid.

(6) SOLADANA, Venancio (1982): El Venerable don Juan de Palafox y Mendoza Obispo de Osma (1654-1659). Publicaciones de la Obra Cultural de la Caja de Ahorros y Préstamos de la provincia de Soria, página 142.

(7) MIÑANO Y BEDOYA, Sebastián (2004): Diccionario geográfico-estadístico de Soria. 1826-1829 (Edición de Silvano Andrés de la Morena), Soria Edita, Soria.

(8) MADOZ (1850): Diccionario geográfico-estadístico-histórico. Edición facsímil de los textos relativos a la provincia de Soria. Edita Ámbito ediciones SA y Diputación de Soria, Imprime Gráficas Ortega SA, Valladolid, 1993.

(9) ROMERO SALVADOR, Carmelo, GARCÍA ENCABO, Carmelo y CABALLERO DOMÍNGUEZ, Margarita (1985): La provincia de Soria entre la reacción y la revolución (1833-1843). Ediciones de la Excma. Diputación Provincial de Soria, colección Temas Sorianos nº 10, Soria, páginas 215 a 232.

(10) BLASCO JIMÉNEZ, Manuel (1880): Nomenclátor histórico, geográfico, estadístico y descriptivo de la provincia de Soria, 1ª edición, Soria. Imprenta y Librería de la Infancia.

(11) BLASCO JIMÉNEZ, Manuel (1909): Nomenclátor histórico, geográfico, estadístico y descriptivo de la provincia de Soria. IIª edición, Soria. Ed. Tipografía de Pascual P. Rioja.

(12) VALTUEÑA JIMÉNEZ, Esteban (2011): “Nomenclátor de todas las entidades de población de la provincia de Soria. Censo de Población de los años 1880, 1920, 1940, 1960, 1966 y 2007 en Revista de Soria IIª época, nº 62, página 52.

(13) Así se recoge en varias páginas web de carácter generalista aunque otras de mayor reconocimiento como la de Hispania Nostra https://listaroja.hispanianostra.org/ficha/iglesia-la-mercadera/ (23/05/2019) también lo afirman.

(14) GAYA NUÑO, Juan Antonio (1946): El Románico en la provincia de Soria. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Madrid.

(15) GARCÍA GUINEA, Miguel Ángel (dir.), PÉREZ GONZÁLEZ, José María (dir.), RODRÍGUEZ MONTAÑÉS, José Manuel (coord.) (2002): Soria: Enciclopedia del románico en Castilla y León. Fundación Santa María La Real. Centro de Estudios del Románico.

(16) NOVELLA, Pedro (2015): Relojes de Sol de la Diócesis de Osma Soria v. 16 de www.relojesdesol.info/node /1214 página 163/383.