Despoblado de la antigua Comunidad de Villa y Tierra de Osma, localizado por Gonzalo Martínez Díez (1) en término de Valdenebro alrededor de la ermita de la Virgen de Olmacedo, advocación compartida con Ólvega sin más relación que la coincidencia de que la Virgen eligió aparecerse en ambos casos sobre un olmo.
Fecha de redacción:
Última revisión: abril 2022
Fecha de despoblación: Desconocida
Localidad: Valdenebro
Estado actual: Despoblado
Término municipal: Valdenebro
Descripción
Despoblado de la antigua Comunidad de Villa y Tierra de Osma, localizado por Gonzalo Martínez Díez (1) en término de Valdenebro alrededor de la ermita de la Virgen de Olmacedo, advocación compartida con Ólvega sin más relación que la coincidencia de que la Virgen eligió aparecerse en ambos casos sobre un olmo.
Este investigador documenta la existencia de abundantes restos constructivos y recuerda la tradición popular que dice que allí hubo un pueblo. Esta tradición ha persistido hasta la actualidad en el nombre popular Valdenebrón, quizá por alguna influencia del topónimo diminutivo Boíllos, despoblado junto al vecino pueblo de Boos o, más probablemente, por la pervivencia en la memoria de lo que fue una villa romana de El Quintanar, de la que salieron a la luz numerosos restos en excavaciones realizadas por don Teógenes Ortego en un lugar cercano al despoblado, así como de otros hallazgos, de época altomedieval, encontrados en el mismo despoblado de Olmacedo. Esta continuidad en el poblamiento del lugar nos lleva, además, a pensar en las bondades de este emplazamiento.
Algunas personas mayores de Valdenebro nos explicaron que la advocación de la Virgen era la de Nuestra Señora de Olmacedo pero que el pueblo en realidad se llamaba Almacedo, una forma que salvo en esta tradición oral no se ha podido demostrar documentalmente.
Se encuentra a unos tres kilómetros al nordeste de Valdenebro, un paseo de poco más de media hora pero que, hasta el final, también puede hacerse en coche. De cualquiera de las dos formas hay que salir de Valdenebro en dirección sur hasta el cruce con la carretera, la SO-P-4142, donde es preciso girar a la izquierda en dirección hacia Bayubas de Arriba y Bóos. Tras recorrer un kilómetro y a la altura del punto kilométrico 13, la carretera tuerce a la derecha, pero de frente aparece un camino de tierra que hay que tomar. Tras recorrer otro kilómetro y medio entre fincas de cultivo con el río Sequillo a nuestra izquierda y la Fuente del Quintanar a la derecha, llegamos al pie de una pequeña loma, es el paraje conocido hoy como Valdehongos, tradicionalmente Fuente Somera, donde rodeada de sabinas –o enebros que es como se les llama en la zona–, asoma ligeramente elevada la ermita de la Virgen de Olmacedo.
Aún puede seguirse en coche pero es mejor dejarlo y pasear un poco por el monte, tomando el camino que de frente lleva al Cañón de Boos para, enseguida, coger el ramal en cuesta de la derecha. Aunque hoy el entorno está lleno de pinos de buen porte, la advocación de esta Virgen sugiere que en el pasado tuvo que estar poblado de olmos de los que no ha quedado ninguno aunque se recuerda que hace muchos años, frente al atrio de la ermita, hubo uno de gran tamaño, una característica que nos recuerda mucho los olmos que solían plantarse en el centro de la plazas mayores de muchos pueblos castellanos, bajo cuyas ramas los vecinos se reunían en concejo, y que pudo ser plantado con ese fin mientras existió el poblado.
La ermita de la Virgen de Olmacedo es un edificio de mampostería y sillares en esquinas, vanos y elementos decorativos, que desarrolla una única nave rectangular bastante alargada y baja, con orientación canónica, que culmina en un arco triunfal de medio punto doblado que apoya sobre columnas de capiteles bien labrados, con decoración vegetal el de la derecha y el de la izquierda dos parejas de arpías con curiosos gorros cónicos, muy parecidas a las de la portada de San Juan Bautista de la cercana Fuentepinilla y a las de otros dos capiteles del interior de San Miguel de Caltojar y del claustro de San Pedro de la capital.
El arco triunfal se abre a la capilla mayor formada por tramo presbiterial de planta rectangular y ábside semicircular abierto por vano en el centro. La iglesia lleva coro a los pies, portada abierta al sur por el lado de la epístola, de dos arquivoltas lisas sobre jambas y chambrana decorada con puntas de diamante, cornisa biselada sobre una buena colección de canecillos que llevan esculpidas cabezas de cerdos, jabalíes, bolas, barriles y modillones de rollos. Pedro Luis Huerta (2) fecha la obra a primeros del siglo XIII pero nos recuerda que el interior está alterado por obras como la nave que según se lee en una viga, fue pagada con limosnas y colocada en 1836.
La Virgen de Olmacedo es una imagen de vestir de unos setenta centímetros de altura que sustituyó a otra más antigua. Aparece sedente, según la tradición románica de Virgen Trono de Sabiduría, portando a Jesús en su regazo izquierdo mientras en su mano derecha muestra la fruta del Paraíso. Jesús niño, aparece con un natural y curioso movimiento de su pierna derecha mientras con la mano bendice a los fieles; se trata de una talla en que la expresión de los rostros y el movimiento de los cuerpos muestran cercano afecto y protección entre Madre e Hijo.
Del templo se han retirado todos los objetos valiosos y hasta los cepillos están abiertos, pero no ha sido suficiente pues ha sido asaltada en alguna ocasión y aunque no se lleven nada los ladrones más que eso se comportan como vándalos que rompen puertas y causan destrozos buscando algo de valor que se haya dejado.
Los vecinos de Valdenebro celebran la fiesta y romería a la ermita de Olmacedo el martes previo a la Ascensión. La procesión, con la imagen de la Virgen en andas llevada por las mujeres, parte desde la iglesia románica de San Miguel en Valdenebro hasta el paraje de la Cruz de los Cuatro brazos donde algunos vecinos suelen dejar el coche para recorrer los dos kilómetros que les separan de la ermita en la que se celebran la misa y procesión. Hasta hace unos años sólo llevaban las andas las mujeres pero ahora también la lleva algún hombre. Después de la misa en la ermita, se subastan los banzos entre hombres y mujeres, llegando a pujar hasta doscientos euros, y el derecho a colocar de nuevo a la Virgen en su trono. Acaba la fiesta con una comida campestre de Hermandad presidida por las autoridades locales.
Hasta hace algunos años, cada quince de agosto celebraban de nuevo la romería para que participaran en ella los ausentes, pero acabaron suspendiendo la fiesta.
(1) MARTÍNEZ DÍEZ, Gonzalo (1983): Las Comunidades de Villa y Tierra de la Extremadura castellana. Editora Nacional, Madrid, página 90
(2) HUERTA HUERTA, Pedro Luis (2002): Enciclopedia del Románico de Castilla y León. Soria, volumen III. Ediciones de la Fundación Santa María la Real, Centro de Estudios del Románico, página 1156-1160.
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