San Gil de Pedroso
Despoblado de Berlanga de Duero probablemente ubicado al norte de la villa en el entorno de la ermita de Nuestra Señora de la Carrascosa.
- Fecha de redacción:
- Última revisión: enero 2023
Despoblado de Berlanga de Duero probablemente ubicado al norte de la villa en el entorno de la ermita de Nuestra Señora de la Carrascosa.
Despoblado de Berlanga de Duero probablemente ubicado al norte de la villa en el entorno de la ermita de Nuestra Señora de la Carrascosa o de la Carrascosita, que de ambas formas la documentamos. No hay consenso ni seguridad de que sea este el emplazamiento pero a falta de otras propuestas lo asumiremos con la dudas razonables que explicaremos más adelante.
Saliendo de Berlanga de Duero en dirección Soria como a un kilómetro y medio, a la altura del pk 44,5 sale un cruce a la izquierda, al noroeste, desde el que ya podemos observar la silueta del templo en un pequeño alto y a unos pocos metros de distancia de la carretera.
DATUM | LATITUD LONGITUD |
ETRS89 | 41.48801748947371 -2.849801878221873 |
ETRS89 | 41º 29´ 17´´ N 2º 50´ 59´´ W |
UTM 30 | Coord. X Coord. Y |
512.537,86 4.592.944,51 | |
Altitud | 914,54 m |
Se trata de una hagiotopónimo que lleva como complemento un adjetivo que puede hacer referencia a alguna característica del suelo, en este caso pedregoso o lleno de rocas.
San Gil, o san Egidio, fue un santo ermitaño de origen griego que vivió en Francia durante el siglo VII donde, conocido como saint Gilles, fue objeto de grandes devociones y peregrinaciones del mismo nivel que Roma, Jerusalén o Santiago de Compostela. Desde allí su culto pudo extenderse a la península a través de algún ramal del Camino de Santiago pero sin mucho éxito en la provincia de Soria pues apenas tuvo dedicada alguna parroquia. Conocemos las desaparecidas de Ágreda, Medinaceli y la de la Soria capital donde tuvo colación e iglesia propia en la actual parroquia de La Mayor, que cambió de advocación en el siglo XVI.
El santo tuvo ermita en Muro, quizá otra en Valderrodilla y también parroquia en la misma villa de Berlanga de Duero que, por cierto, fue la última en desaparecer cuando la colegiata de Nuestra Señora del Mercado absorbió a las restantes parroquias de la villa en 1526.
En principio, no conocemos que haya podido haber relación alguna entre ambos templos pero hay que reconocer que resulta extraño que una sola población, aunque sea de la categoría de Berlanga de Duero, haya tenido dos templos dedicados a un mismo santo de escaso arraigo en la devoción popular y que incluso en Francia fue perdiendo veneración desde que su abadía fue secularizada en 1538.
Como ya hemos visto con muchos despoblados, resulta frecuente que el nombre original de su iglesia tienda a perderse al cabo de pocas generaciones, cambiando de advocación cuando se convierte en ermita del pueblo que lo ha absorbido, pero en cuanto a San Gil del Pedroso, parece razonable creer que esta fuera su denominación original pues ya se identifica así desde muy antiguo.
La primera referencia documental sobre el despoblado la recoge Salvador Barrio Onrubia (1) quien afirma que este lugar aparece citado como referencia geográfica en el documento del cardenal Halgrim de 17 de julio de 1229 donde se establecían los límites entre los obispados de Osma y Sigüenza: “in termino de Berlanga: Sant Gil de Pedrosa”.
Gonzalo Martínez Díez (2) fue el primero en situar e identificar «con gran probabilidad» este despoblado con la ermita de la Carrascosa, pero sin aportar en qué basaba su opinión, afirmando además que perteneció a la Comunidad de Villa y Tierra de Berlanga, documentando su existencia al menos desde aquellos acontecimientos de 1229 hasta su despoblación, lo que debió ocurrir en algún momento anterior a 1594. Añade que, aunque su recuerdo se ha olvidado por completo, allí existen ruinas de edificios y una fuente que, aunque de factura reciente, es posible que aproveche un manantial más antiguo. También recoge el comentario de que allí se encontró una tinajilla con monedas, sin especificar de qué tipo ni época.
No sabemos si con esa información o con otros datos que tampoco indica, un autor llamado Ermengardo II (3) comparte la opinión sobre el emplazamiento del despoblado en el entorno de esta ermita suponiendo que el actual templo, del siglo XVIII como veremos después, debió sustituir a otro que ya existiría en 1229. Este autor añade que el poblado perteneció al Común de Berlanga y que surgió para aprovechar la fértil tierra regada por el Escalote, donde hubo huertas, frutales y especialmente viñas. Finaliza diciendo «De todo aquello, tras el abandono y el traslado definitivo a Berlanga de sus tres últimos moradores, aparte del tufillo a cochino que sentirás en el ambiente, nos quedó la costumbre de la romería, la fuente y un pinarcillo cada vez más descuidado, donde se iba hasta hace poco a merendar y a respirar. Las viñas desaparecieron del todo porque daban más trabajo que alegrías y las manos que tendrían que haberlas cuidado nos las robaron las regiones ricas que estaban en plena expansión industrial».
Sin embargo ni Ermengardo II ni Martínez Díez ofrecen pruebas documentales que apunten a que aquí estuvo San Gil de Pedroso, lo que lleva a otros investigadores igualmente acreditados a pensar de forma distinta, como Francisco González de la Fuente (4) que no cree que existiese el despoblado, basándose en que Martínez Díez no especificó fuente documental alguna y no hay referencia de este lugar en el inventario arqueológico provincial de la Junta de Castilla y León.
El paraje donde suponemos estuvo el despoblado esta hoy ocupado por un edificio, la ermita de Nuestra Señora de la Carrascosa conocida popularmente como La Carrascosita y que sustituiría a otro templo anterior del que tenemos noticias y que pudo ser la iglesia parroquial de San Gil de Pedroso de la que no encontramos elementos reconocibles en la fábrica actual, que según una inscripción que lleva podría fecharse en 1745.
Del templo tenemos noticias al menos desde el siglo XV, pues según el texto que acompaña a la descripción de la ermita en la web municipal de Berlanga de Duero (5), en algunos procesos inquisitoriales llevados a cabo contra unos judeoconversos de Berlanga, estos argumentaban en su defensa que en diversas ocasiones habían ofrecido muestras de su devoción y culto a esta virgen a la que rezaban y daban ofrendas, y mencionan la existencia de una “ermita de Nuestra Señora de Carrascosa” que se encontraba de camino a Calatañazor y Fuentepinilla.
No sabemos si la ermita del siglo XV tendría ya mucha antigüedad o si era de reciente construcción, pero sí sabemos que en 1715 el templo experimentó unas reparaciones de las que nos informa Isabel Goig Soler (6) que fueron abonadas por vecinos de Berlanga, no por clérigos, parroquias ni personas consagradas, lo que nos lleva a pensar que, como argumentaba Armengol unas líneas más arriba, la ermita fue propia del Común de vecinos y después pasó a manos del Ayuntamiento tras la desaparición de esas instituciones tradicionales, si bien como veremos más adelante, y sin conocer las causas, la ermita acabó siendo posesión del obispado de Osma-Soria. El cronista de Berlanga Juan Manuel Bedoya (7) no es muy prolífico sobre esta cuestión pero sí recoge que había en la ermita una sala para el Ayuntamiento pues «se considera patrono de esta ermita».
Con los datos que tenemos suponemos que la de 1715 sería una reparación que no evitó la construcción de una nueva obra siguiendo el gusto y el estilo propio del siglo XVIII y que coincide con la fecha de 1745 inscrita en la portada.
Tampoco sabemos si aquel templo del siglo XV bajo la advocación de la Virgen, fue antes el que pudo estar dedicado a San Gil, pero consideramos que si en Soria capital y en esos mismos años se dio la circunstancia de que la iglesia de San Gil pasó a ser de la noche a la mañana de La Mayor, en Berlanga pudo ocurrir otro tanto cambiando el nombre de un santo poco conocido por otra advocación mariana que, a buen seguro, tendría más devotos que la del pobre santo franco-griego, aunque esta hipótesis no tiene otro fundamento que la coincidencia en el cambio de advocación de un mismo santo.
El edificio está construido con muros de piedra de mampostería con sillares en las esquinas, vanos, ventanas y aleros. Consta de una sola nave rectangular dividida en dos tramos, en la parte occidental el coro y la nave propiamente dicha, que acaba en la capilla mayor, todo cubierto por bóvedas y con muros encalados que llevan cornisas decorativas. La capilla mayor, cuadrada, es ligeramente más ancha que la nave. El edificio lleva como anexo la vivienda para el santero y en las inmediaciones sigue habiendo una fuente.
La puerta de acceso se abre en el extremo de poniente en el lado de la Epístola. Consta de arco de medio punto situado entre pilastras cajeadas que sustentan un frontón partido adornado con tres bolas, una en cada lado y la tercera en el hueco de lo partido. Esta bola central descansa sobre un plinto que lleva la fecha de 1745. Sobre esa bola central se abre una ventana en forma de óculo elipsoidal y sobre él aparece un escudo a poca distancia del alero que posiblemente sea de encaje posterior al conjunto que acabamos de describir. Como último aditamento de la entrada, aunque ya en el alero, aparece una pequeña espadaña sin campana.
El escudo mencionado presenta exteriormente unos adornos de volutas y tiene como único emblema la rueda dentada del tormento de Santa Catalina de Alejandría que, casualmente, es copatrona de Berlanga de Duero junto con la Virgen del Mercado. Este mismo emblema figura en el escudo partido de la villa aunque en este caso solo en una de sus mitades, en su izquierda, ya que en la otra aparece un oso cebado de una colmena.
La ermita fue objeto de rogativas, visitas para pedir la intercesión de la Virgen ante una necesidad, romerías (8) y devociones varias pues a la escasa distancia que la separa de la villa se unía que era zona frecuentada, pues en su entorno se cultivaron las viñas de los berlangueses y hasta hace pocos años fue uno de los lugares predilectos para el paseo y la merienda campestre. Sin embargo, igual que la filoxera acabó con las viñas, la devoción por la Virgen de la Carrascosa fue decayendo (hay quien culpa de ello al hecho de que una campana se desprendió y mató a un devoto) y en algún momento que no hemos podido concretar la ermita dejó de celebrar actos de culto y se abandonó. Echan la culpa a unos vagabundos que rompieron la puerta para usarla como refugio pero lo cierto es que nadie reparó aquellos desperfectos y el mantenimiento del propio edificio se fue descuidando hasta acabar siendo empleado para guardar ganado.
A comienzos del siglo XX la ermita ya desacralizada era empleada como corral y su estado era lamentable. A la cantidad de basura y pulgas de su interior se le añadían algunos desprendimientos de las bóvedas y del tejado. Como tantos y tantos ejemplos en la provincia, el destino de este valioso bien patrimonial parecía prever una vez más una pérdida irreparable, pero en este caso la Virgen de la Carrascosa obró un milagro.
En 2005 Juan Catalina Moreno -actor berlangués, artista, titiritero, cuentacuentos, dinamizador cultural, emprendedor…- inició los trámites para que el obispado de Osma-Soria se la cediese y así poder salvarla de una ruina segura, comprometiéndose a restaurarla y dedicarla a fines culturales, objetivo que consiguió principalmente con sus propios recursos, además del apoyo de la Asociación Soriana de Artes Escénicas y la Cultural “¡Ay si voy!”, de Berlanga de Duero. El obispado (9) otorgó una cesión temporal durante treinta años a ambas asociaciones con la única condición de que se encargaran de su restauración para dedicarla a un centro cultural (10).
El proyecto de centro sociocultural recibió el título “La ermita. Arte sin fronteras” y fue inaugurado al final del verano de 2009 con la celebración del primer Encuentro Tradicional, habiendo desarrollado desde entonces muchas actividades culturales que pueden consultarse en su web (11).
Alberto Arribas con la colaboración de Ángel Lorenzo, Maribel Zapatero, Luis C. Pastor
(1) BARRIO ONRUBIA, Salvador (2014): “Los límites entre la diócesis de Sigüenza y de Osma en el año 1229”. Revista de Soria nº 84, IIª época, página 68.
(2) MARTÍNEZ DÍEZ, Gonzalo (1983): Las Comunidades de Villa y Tierra de la Extremadura castellana. Editora Nacional, Madrid, pág.127.
(3) http://enberlanga.blogspot.com/2009/09/san-gil-de-pedroso.html (Consultada el 16/12/2022)
(4) GONZÁLEZ DE LA FUENTE, Fco. Javier (2012) – Estructuras territoriales de la Extremadura del Duero Altomedieval: Los casos de Caracena, Gormaz y Berlanga, en https://www.academia.edu/2098789/Estructuras_territoriales_de_la_Extremadura_del_Duero_Altomedieval_Los_casos_de_Caracena_Gormaz_y_Berlanga (p. 107/127).
(5) http://www.berlangadeduero.es/ermitas (consultada el 14/07/2022).
(6) http://soria-goig.com/arte/ermita.htm (consultado el 15/11/2015).
(7) BEDOYA, Juan Manuel (1845): Memorias históricas de Berlanga. IIª edición, Oficina de D. Juan María de Pazos, Orense, página 106.
(8) Se recuerda la que se celebraba el segundo domingo de septiembre. Además en http://soria-goig.com/Pueblos/berlanga.htm (consultado el 11/11/2015) se informa de que al menos en los inicios del siglo XX está documentado que se celebraba la tradicional función religiosa en conmemoración de San Lázaro, con rezo de rosario y sermón, seguido del reparto de limosna a los pobres como era costumbre.
(9) Era entonces obispo de Osma el agredeño don Vicente Jiménez Zamora, hombre cabal y afable, comprometido con la conservación del patrimonio, buen sacerdote, profesor y mejor persona.
(10) Isabel Goig ha recogido más información sobre la restauración de la ermita y desarrollo del proyecto cultural en http://soria-goig.com/arte/ermita.htm y en http://soria-goig.com/arte/ermita1.htm (vistas el 14/07/2022).
Asociación de Amigos del Museo Numantino