Torrambril
Despoblado del término municipal de Noviercas del que dista unos 6 km.
- Fecha de redacción:
- Última revisión: mayo 2024
Despoblado del término municipal de Noviercas del que dista unos 6 km.
Despoblado del término municipal de Noviercas del que dista unos 6 km en dirección este, en lo alto del cerro de La Torre o Torrambril. Podemos ver documentado Torrambril con otras variantes: La Torre, Turrem Ambrel, Tordembrielle, Torre de Ambril, Tordeambril, Torreambril, Torre Ambil…
En la actualidad subsisten numerosos montones de piedras en la parte alta de la colina que por su entidad bien pudieran corresponder con los restos de potentes muros. Hay varios grupos de ellos, siendo el más significativo uno que presenta una forma alargada de unos cien metros que, “casualmente”, vendría a “cerrar” la parte superior del cerro por el lado más accesible del mismo. En la cima pudo ubicarse un elemento singular defensivo a modo de torre, pero los montones de escombros que perfectamente se aprecian desde el aire no dan pistas claras sobre el tipo de construcción que pudo haber en esa zona.
A unos trescientos metros de la cumbre en dirección sur, en la falda del cerro, vuelven a aparecer importantes restos de muros, si bien es cierto que no con la potencia de los anteriormente descritos.
El cerro La Torre o Torrambril se encuentra inmediatamente al oeste del pk 1,5 de la carretera SO-P-2102 que, desde el cercano cruce con la CL-101, conduce a Borobia. El río Araviana recorre la base del cerro de norte a oeste e incluso algunos autores, especialmente de la antigüedad, se han referido a él con el mismo nombre del despoblado: Torrambril.
DATUM |
LATITUD LONGITUD |
ETRS89 |
41.712872 -1.963889 |
ETRS89 |
41º 42´ 46´´ N 1º 57´ 50´´ W |
UTM 30 |
Coord. X Coord. Y |
586.193,43 4.618.416,11 |
|
Altitud |
1.207 m. |
Para conocer el origen del topónimo debemos retrotraernos hasta la segunda mitad del siglo X, cuando este territorio estaba sometido al califato de Córdoba bajo el control del valí Amril Ben-Timlet, un personaje al que en tiempos de Abd-al-Rahmán III el general Galib encomendó fortificar la frontera con los reinos cristianos en este sector, construyendo una serie de fortalezas y torres entre las que estarían las de Noviercas, Masegoso, La Pica, Castellanos del Campo y otras varias de la zona. Por razones que no conocemos, el valí o alguno de sus descendientes acabó dando nombre al lugar, al cerro y al despoblado medieval a él vinculado.
Algunos indicios confirman que allí se asentó un castro celtibérico y cerca se han encontrado restos de abundantes escorias ferrosas que denotan que antaño se trabajó en la obtención de hierro (1), aunque los restos humanos más antiguos localizados en este paraje pertenecen a la época visigoda.
En la zona norte del cerro, Manuela Domenech Esteban (2) llevó a cabo un sondeo arqueológico que le permitió identificar una necrópolis fechada en torno a los siglos VII-VIII que cree «perteneciese a un pequeño poblado con escasos recursos económicos». Sin embargo Carlos de la Casa Martínez (3) (4) alarga esta ocupación y la sitúa cronológicamente desde el final del periodo visigodo, siglos VII y VIII, hasta los siglos IX y X, compartiendo así momento histórico con el estimado para la construcción de la fortificación, que podría fecharse en torno al último cuarto del siglo X.
Hoy el cerro de la Torre es un pintoresco lugar de gran interés paisajístico que se ofrece en las rutas senderistas de la zona pues su cima resulta ser un más que recomendable mirador, pero en el pasado, desde finales del siglo X, pudo tener además un importante valor estratégico por su excepcional ubicación con respecto a las comunicaciones visuales a distancia (5), vigilancia y control de una vasta extensión de terreno fronterizo, así como para la protección de la tropa encargada de esas funciones militares.
Ángel Lorenzo Celorrio (6) sostiene que aquí hubo una fortificación y ha localizado restos de muros y cerámicas.
Por su parte, Vicente Alejandre Alcalde (7) abunda en la tesis de que en el solar de Torrambril debió levantarse una torre o atalaya musulmana y que se han documentado vestigios celtibéricos y visigodos. Añade que “Son abundantes en algunos sectores del poblamiento los derrumbes de muros que permiten adivinar las plantas de las viviendas”.
Un par de kilómetros al este de Torrambril se encuentra la sierra de Toranzo (8) con su pico del mismo nombre a 1.620 metros de altitud, la llamada Mesa de los Siete Infantes y el Cerro de la Batalla (9). Según La Leyenda de los Infantes de Lara, una tradición oral recogida por Ramón Menéndez Pidal (10), en estos pagos tuvo lugar una legendaria venganza familiar que adquirió tintes internacionales y que constituye una obra épica de carácter mítico. Los infantes tuvieron aquí su última etapa pues aquellos siete hermanos murieron en una emboscada. Sus cabezas fueron enviadas a su padre a Córdoba pero sus cuerpos, continúa la tradición, acabaron sepultados al pie de la sierra en la ermita de Nuestra Señora de los Remedios, antes conocida como de Torrambril (11). A pesar de la leyenda, las primeras noticias de la existencia del mencionado templo se fechan a finales del siglo XIII, siendo el actual obra del XVII.
Como todo el territorio de esta parte de la provincia de Soria, hacia el año 1119 el entorno de Torrambril sería conquistado por Alfonso I el Batallador, rey de Aragón, aunque acabaría en manos castellanas pocos años después. Grosso modo, podría decirse que toda la mitad oriental de la tierra soriana estaba despoblada y que debido a su carácter fronterizo con Navarra y Aragón era militarmente inestable, por lo que fue objeto de fueros y políticas repobladoras que concedían derechos y privilegios a los que aquí se asentaran fundando pueblos y aldeas donde nunca faltaba la iglesia. El territorio en aquel entonces se articuló en Comunidades de Villa y Tierra, y aunque poblaciones cercanas como Noviercas (12) pertenecieron a la de Soria, no nos consta que un lugar llamado Torrambril perteneciese a ella y tampoco aparece documentada en los famosos censos de la Tierra de Soria de 1270 ni de 1352. Tampoco perteneció a la de Ágreda y, como veremos a continuación, sabemos que Torrambril existía al menos desde el último cuarto del siglo XIII.
No obstante hay que señalar que si bien Torrambril estuvo integrado plenamente en territorio castellano desde 1134, no está clara, como ya se ha dicho, la pertenencia y relaciones con la comunidad de Soria. A este respecto Enrique Díez y Víctor M. Galán (13) apuntan que “La intervención de la Iglesia condicionaría la evolución de Torrambril o Torre de Ambril, porque al finalizar el siglo XII el Papa Alejandro III exigió a los Obispos de Ávila y Sigüenza que restituyesen al Obispo de Tarazona los derechos que le correspondían sobre Torreambril, en compensación con la pérdida de los derechos sobre la villa de Soria, que habían pasado al Obispado de Osma. En el documento, Alejandro III cita expresamente Turrem Ambrel (Torre Ambril), Boroviam (Borobia) y Alcocer (posiblemente Peñalcázar) que habían sido devastados y sus iglesias destruidas”.
Parece que la concesión se llevó a cabo, pues los mismos autores señalan que “Al finalizar el siglo XIII, el Papa Gregorio X confirmó a la iglesia de San Pedro de Soria una serie de donaciones entre las que se encontraba Sanctae Maríae de Tordeambrielle.” Continúan afirmando que la mencionada concesión “pasaría a constituir una importante fuente de conflictos entre Noviercas y la futura Universidad de la Tierra de Soria…” de tal forma que, lejos de resolverse el asunto, el problema se enquistó durante siglos y, como abundan Díez y Galán (o.c.), Torrambril pasó a la jurisdicción eclesiástica y a la ciudad y Tierra de Soria, pero:
«En principio, el término no quedaría incluido como término independiente en el alfoz de Soria y durante la segunda mitad del XV y toda la Edad Moderna fue objeto de enfrentamiento en Ciudad y Tierra de Soria, instituciones que siempre consideraron a Torreambril como un término realengo y susceptible de ser explotado por todos los vecinos de ambas jurisdicciones, a pesar del interés de la aldea y posterior villa de Noviercas por monopolizar sus recursos comunes».
No obstante, según Gonzalo Cabrerizo (14), la referencia más antigua de Torrambril está fechada en 1275, figurando en una bula papal (la misma que citan los autores anteriores) de Gregorio X (1272-1276) en la que confirmaba las donaciones recibidas por el cabildo de Osma, y entre ellas las de la iglesia de «Santae Mariae de Tordenbrielle». Algunos años después, en 1293, dice este investigador que el rey Sancho IV concedió a esta iglesia de «Santa María de Torrambril», aneja a la colegiata de San Pedro en Soria, una serie de fincas de labor con una extensión de «doce yuntas de heredad para pan, año y vez» en término de La Torre (15).
Por su parte Juan Loperráez Corvalán en su Descripción Histórica de 1788 (16) cita la Torre de Ambril en los siguientes términos: “Igualmente resulta tienen privilegio de donacion del Rey D. Sancho el IV. de veinte y cuatro yuntas de heredad en el lugar de Torre de Ambril, cerca de la villa de Noviercas, que fue granja en tiempo de la regularidad, y hoy es despoblado, conocido con la ermita de nuestra Señora de los Remedios, su fecha en Valladolid á ocho de Marzo de mil doscientos noventa y tres, y posteriormente confirmado por el Rey D. Enrique II. En Burgos a diez y ocho de Febrero de mil trescientos sesenta y siete”. Según estos datos, por tanto, a finales del siglo XIII La Torre de Ambril ya estaría abandonada.
A pesar de lo aquí expuesto, Gonzalo Martínez Díez (17) incluye Torre de Ambril entre los despoblados de la Comunidad de Villa y Tierra de Soria “en el pago llamado hoy La Torre” situándolo en el mismo lugar que nosotros lo hacemos.
Gonzalo Cabrerizo (o.c. página 15) recuerda la confirmación del privilegio de Sancho IV por parte de sus sucesores. No aclara si ya desde 1367, pero con seguridad en época de los Reyes Católicos se referían al lugar como «fue granja en tiempos de regularidad y oi despoblado, conocido como la ermita de nuestra señora de los Remedios».
Julio Valdeón (18) lo pone como típico ejemplo de lugar castellano que quedaría despoblado en el siglo XIV a consecuencia de las malas cosechas y de la peste. Dice que en 1370 se comenta que Torre de Ambril había sido una granja en tiempos de regularidad, pero en esos momentos se encontraba despoblada.
En cuanto al posible aprovechamiento de los recursos del término ya despoblado, Máximo Diago Hernando (19) recuerda que en 1496 el corregidor Cristóbal de Salinas no llegó a tomar una determinación en torno a si el término debía ser declarado o no zona de pasto común, pues Noviercas todavía no se había eximido de la Tierra de Soria y no estaba claro si este lugar pertenecía a la iglesia colegial de San Pedro, a los vecinos de Noviercas o a la Tierra, máxime cuando Diago dice que el término fue vendido en la segunda mitad del siglo XV al concejo de Noviercas.
En la actualidad el único edificio que se conserva en buen estado a lo largo y ancho de todo este paraje es la ermita de Nuestra Señora del Remedio (también denominada “de los Remedios”), templo que según Gonzalo Cabrerizo (o.c. página 17) a partir del siglo XVII cambió de nombre, siendo su anterior advocación la de Nuestra Señora de Torrambril, al menos desde el siglo XIII según los documentos ya referenciados.
La ermita era propiedad física del Cabildo de San Pedro de Soria pero objeto de gran devoción de los vecinos de Noviercas que, al menos de corazón, la consideraban suya. El estudio de Gonzalo Cabrerizo (o. c. página 19 y ss.) recoge notas sobre las obras realizadas desde finales del siglo XVI e incluye una licencia en 1602 al Obispo de Osma, Enrique Enríquez, por parte del Concejo de Noviercas para hacer de nuevo la iglesia “por estar vieja, malparada y quererse caer”.
Alberto Arribas con la colaboración de Ángel Lorenzo, Maribel Zapatero, Luis C. Pastor
(1) ENRÍQUEZ, José L, RUIZ BUSTINZA, Íñigo Eloy; SANZ PÉREZ, Eugenio; SANZ SÁNCHEZ, Erudino; CALONGE, Juan José (2001): “La minería y metalurgia antigua del Moncayo: un horno de fundición de hierro en el estrecho de Araviana, Sierra de Toranzo (Ólvega, Soria)”. Celtiberia nº 95, pp. 33-63.
(2) DOMENECH ESTEBAN, Manuela (1991): “La necrópolis hispano-visigoda de «Fuente de la Torre» Noviercas (Soria)”. Soria arqueológica 1, en https://bibliotecadigital.dipsoria.es/wp-content/uploads/2022/03/SORIA-ARQUEOLOGICA-1.pdf
(3) CASA MARTÍNEZ, Carlos de la (1989): Diez años de Arqueología soriana (1978-1988). Junta de Castilla y León, Consejería de Cultura y Bienestar Social, Museo Numantino, páginas 213 y siguientes.
(4) CASA MARTÍNEZ, Carlos de la (1992): Las necrópolis medievales en la provincia de Soria. Edita Junta de Castilla y León, Excma. Diputación Provincial de Soria y Asociación Española de Arqueología Medieval. Valladolid, páginas 213 y siguientes.
(5) LÁZARO CARRASCOSA, Santiago (Primavera 2007): “Aproximación al estudio del sistema defensivo musulmán, en la frontera de la zona oriental soriana (siglos X a XII)”. Revista de Soria IIª época nº 56, página 60. Cree que esta torre debió existir y que sería el punto de conexión visual intermedio entra varias atalayas de la comarca.
(6) LORENZO CELORRIO, Ángel (2003): Compendio de los Castillos medievales de la provincia de Soria. Edita Excma. Diputación Provincial de Soria, Colección Temas Sorianos nº 44, página 153.
(7) ALEJANDRE ALCALDE, Vicente (2014): El sistema defensivo musulmán entre las marcas media y superior de Al-Andalus (siglos X-XIII). Centro de Estudios Bilbilitanos. Institución Fernando El Católico. Calatayud, pg. 337.
(8) Pese a su ubicación tan alejada de la capital, este monte se considera parte de su término municipal y es copropiedad del Ayuntamiento capitalino y de la Mancomunidad de los 150 Pueblos.
(9) No todos los investigadores coinciden con esta ubicación. Eugenio Sanz Pérez en el artículo Geografía histórica de la muerte de los Siete Infantes de Lara: La Torre y Atalaya de Araviana (Celtiberia nº 110, 2016 página 135) ofrece otra ubicación para este cerro, como a unos cinco kilómetros más hacia el este de Toranzo.
(10) MENÉNDEZ PIDAL, Ramón (1896): La leyenda de los Infantes de Lara. Consultada la IIIº edición (1971) de Espasa Calpe, página 456.
(11) No faltan las noticias y referencias a estos míticos enterramientos de los infantes, entre ellas las que ofreció en 1529 la señora de Soria y su Tierra doña Isabel de Portugal, esposa de Carlos V de Alemania y I de España, que dice:
“Doña Isabel por la divina clemencia emperatriz y reina de Aragón …sepades que por parte del deán… me fue hecha relación diciendo que el rey D. Sancho, visto como en la iglesia de Nuestra Señora de Torreambriel, de la diócesis de Osma, fueron muertos e sepultados los Infantes de Lara, por la mucha devoción que a la dicha iglesia tuvo e por la hacer bien e limosna, así para la fábrica e ornamentos de ella como para sustentación de la que la sirven, le hizo merced e le dio e señaló por cada un año doce yuntas año a ver para pan en el exido que es en el dicho lugar, desde el castillo hasta la iglesia…”
(12) En 1270 Noviercas era un lugar importante, después de la villa la localidad con más habitantes de la Tierra de Soria con 52 vecinos. En el siglo XVI acabó eximiéndose de la mencionada jurisdicción de la Tierra de Soria.
(13) DÍEZ SANZ, Enrique y GALÁN TENDERO, Víctor M. (2012): Historia de los despoblados de la Castilla Oriental. (Tierra de Soria siglos XII a XIX). Ediciones de la Excma. Diputación Provincial de Soria, colección Temas Sorianos nº 56, páginas 524 y 525.
(14) CABRERIZO CABRERIZO, Gonzalo (2017): Historia de la ermita de Nuestra Señora de Torrambril o del Remedio. Y otras noticias relevantes de Noviercas. Ayuntamiento de Noviercas y Asociación Cultural Nueva Elevada. Soria.
(15) Una transcripción de este documento cuyo original se guarda en el Archivo de la concatedral de San Pedro puede leerse en https://casabecquer.es/documentos_historicos_noviercas/laTorre_SanchoIV.htm (consultado el 2/05/2022).
(16) LOPERRÁEZ Y CORVALÁN, Juan (1788): Descripción histórica del Obispado de Osma con el catálogo de sus prelados. Tomo II, Madrid. Edición facsímil por Ediciones Turner, Madrid 1978, página 129.
(17) MARTÍNEZ DÍEZ, Gonzalo (1983): Las Comunidades de Villa y Tierra de la Extremadura castellana. Editora Nacional, Madrid, página 180.
(18) VALDEÓN BARUQUE, Julio (2001): Los Trastámaras. El triunfo de una dinastía bastarda. Ediciones Temas de hoy historia, Madrid, página 17.
(19) DIAGO HERNANDO, Máximo (1991): “Los términos despoblados en las Comunidades de Villa y Tierra del Sistema Ibérico castellano a finales de la Edad Media”. Revista Hispania LI/ 2, 178, página 511.
Asociación de Amigos del Museo Numantino