Parapescuez

Se encuentra totalmente desaparecido. El único resto que queda bien visible es parte de un muro de la iglesia que estuvo dedicada a San Miguel Arcángel.

Parapescuez
Ruinas de la iglesia. Foto Ángel Lorenzo

Fecha de despoblación: Desconocida

Localidad: Aldehuela de Calatañazor

Estado actual: Desaparecido

Término municipal: Calatañazor

Descripción

Parapescuez: despoblado de La Aldehuela de Calatañazor (Calatañazor) que se encuentra totalmente desaparecido, aunque por algunos restos se adivina que su caserío se encontraría entre el monte y las fincas de labor, donde unos montones de piedras sugieren que quizá fueron las viviendas. El único resto que queda bien visible es parte de un muro de la iglesia que estuvo dedicada a San Miguel Arcángel, lo que hace que a veces el despoblado se documente como San Miguel de Parapescuez.

Aparece localizado a unos dos kilómetros al este de La Aldehuela, junto al río Milanos en el lugar donde desemboca el arroyo de Valdenarros, prácticamente en la linde con La Cuenca. Su acceso puede realizarse desde La Cuenca o desde La Aldehuela, aconsejándose este último al ser el más corto. A la salida del pueblo, justo en el cruce con la carretera hacia Abejar, la SO-910, nace un camino de tierra al frente en estado regular que parcialmente paralelo al río Milanos se dirige en dirección nordeste a La Cuenca. Como a 1,9 km a la derecha aparece el muro de la iglesia.

Datum: ETRS89 Huso UTM: 30
Latitud: 41,7208525273 Coord. X: 519 828,87
Longitud: -2,7616109848 Coord. Y: 4 618 811,01

 

No se ha podido determinar un posible análisis coherente del topónimo, quizá relacionado con pescuezo (parte posterior del cuello) derivado del latín.

Manuel Blasco Jiménez (1) la incluyó en su estudio como ermita de La Cuenca y la describe concisamente «con todos los  caracteres de procedencia árabe», una dudosa adscripción que nos hace pensar si este autor, el primero que ha hablado de ella, vio u observó algo que los pocos que la analizaron después no vieron, si bien más que a Blasco, esa descripción parece más propia de algún informador que supuso una gran antigüedad de la construcción y la atribuiría a la cultura musulmana que ocupó estas tierras hasta la conquista de Gormaz por parte de Fernando I en 1060.

Los únicos datos arqueológicos conocidos son los que ofrece Ana Carmen Pascual Diez (2) que recuerda que en las inmediaciones de la ermita aparecen abundantes fragmentos cerámicos, un yacimiento calificado como cristiano bajomedieval en el documento Normas Urbanísticas Municipales de Calatañazor (3).

El análisis de los restos constructivos del templo se desarrolla más adelante pero se estiman antiguos, al menos del primer cuarto del siglo XII aunque se han apuntado incluso fechas anteriores que serían paralelas a la aparición del poblado del que nada más sabemos, ni su ubicación, si bien intuimos que sus edificios se encontrasen en la ladera sur de la ermita, una zona protegida del frío norte, bien orientada al mediodía y más cerca del río.

Gonzalo Martínez Díez (4) afirma que perteneció a la Comunidad de Villa y Tierra de Calatañazor y lo localiza en un emplazamiento equivocado.

El pueblo quedó abandonado en algún momento muy antiguo pues no hay memoria de su abandono ni se conocen leyendas, pero en La Cuenca hay recuerdo de su existencia.

Teresa García López; José María Incausa Moros y Luis C. Pastor en el artículo Confusión en el expolio de San Miguel de Parapescuez (El Dia de Soria 09/04/2021 pp. 24 y 35), recuerdan que al menos hasta los primeros años del siglo XX, los vecinos de La Aldehuela de Calatañazor y de La Cuenca, acudían en romería cada 8 de mayo (antigua festividad de San Miguel Arcángel, dedicada a su aparición en el monte Gargano) a la ermita donde celebraban misa y comían en los alrededores. La tradición ya se había perdido hacia la década de 1930 pero ha sido parcialmente recuperada en alguna ocasión, 2009 y 2015, como una jornada de convivencia entre las asociaciones vecinales de cada localidad. Recuerdan una tradición antigua que delimitaba la separación de los límites municipales por el centro del templo, de forma que la capilla mayor pertenecía a La Cuenca y la nave a La Aldehuela.

Iglesia de San Miguel de Parapescuez

Esta humilde construcción fue en realidad una soberbia iglesia románica construida según los cánones del románico rural soriano que, entre ruinas y escombros, a veces nos muestra algunos tesoros más propios de un museo que de un monte perdido en mitad de la nada.

Pedro Luis  Huerta Huerta (5) recuerda en su estudio que solo quedan en pie algunas partes del muro occidental, del septentrional y la parte baja de la cabecera, y todo casi a ras de suelo. Sin embargo desarrolla una completa descripción gracias a los estudios de Gaya Nuño (6) quien llegó a contemplar el templo en pie aunque desacralizado y empleado para usos ganaderos, lo que no le restaba un gran interés artístico, tanto que el investigador la calificó como una obra excepcional del románico soriano que fechó en el primer cuarto del siglo XII y de la que ya mostró sus reservas al encontrase semi abandonada y en mal estado de conservación. Pedro Luis Huerta reconoce la datación ofrecida por Gaya pues es el único investigador en conocerla in situ, pero supone que es una fecha muy temprana. Francisco José García Gómez (7) opina de otra forma pues cree que las características de esta iglesia la hacen anterior a la época románica, y que supone “una pervivencia de formas adaptadas aún al rito hispánico desarrollado por la cultura mozárabe anterior al siglo XI”.

Parapescuez
Lado sur de la caja de la nave con el hueco donde estuvo la portada. Foto Irene Arribas

Del análisis de las ruinas, de los textos e imágenes de Gaya Nuño, de una fotografía de Blas Taracena que fue quien informó a Gaya, de las interpretaciones de Pedro Luis Huerta y de los estudios de Marian Arlegui (8), podemos intentar una reconstrucción teórica que nos sirva para hacernos una idea de lo que fue San Miguel de Parapescuez.

Parapescuez
Interior de la iglesia de San Miguel de Parapescuez en 1933. Fotografía de Blas Taracena, archivo Museo Numantino

Sabemos que se trataba de un templo de unos veinte metros de lago por ocho de ancho construido en piedra de mampostería y sillería en el muro sur, que desarrollaba una nave única cubierta con madera, arco triunfal y capilla mayor de ábside cuadrangular cubierto con bóveda de medio punto, cuyos sillares aún conservaban el enlucido primitivo, y que se iluminaba por dos pequeñas ventanitas. Al exterior llevaba una sencilla cornisa con una variada colección de canecillos tallados toscamente.

Del arco triunfal se ha dicho que fue concebido como si de una portada se tratase. Estaba formado por cuatro arquivoltas, dos lisas y dos decoradas con bocel y con bifolias que apoyaban sobre las jambas, excepto la interior que lo hacía sobre una pareja de columnas con capiteles decorados con grifos y arpías, esquema arquitectónico que Gaya emparentaba con la vieja liturgia hispánica y que quizá permitiría cerrar la capilla con un cortinaje en determinadas ocasiones. Sobre el arco había tres relieves que, al parecer, representaban a los Reyes Magos.

La portada, abierta al lado sur, estaba formada por cinco arquivoltas de medio punto, tres lisas, otra con tallos ondulantes que recuerdan a la decoración de iglesias coetáneas del contorno, y la interior con cabezas femeninas y de varón dispuestas a lo largo y no radialmente. Se apoyaban sobre capiteles decorados con temas vegetales, toscas cabezas y otras figuras no identificadas por su mal estado.

La incertidumbre mostrada por Gaya Nuño en cuanto a que el templo estaba amenazado y corría riesgo de desaparecer era más que una duda, era una opinión fundada en la experiencia y en sus grandes conocimientos sobre conservación patrimonial, realizada por alguien que conocía muy bien el estado del arte rural soriano.

En la década de 1960 el obispado de Osma tuvo por obispo a Saturnino Rubio Montiel, un personaje que de forma deliberada o no, dejó su impronta en Soria donde fue el promotor de la destrucción de la iglesia de San Clemente y de la reconversión de la del Salvador en la obra actual. Cuando el pragmático obispo tuvo conocimiento de que perdida en medio de un monte había una ermita medio arruinada usada como majada pero que tenía una gran calidad artística, no se lo pensó y la puso en venta. Eso sí, algo más tarde matizó su oferta y la ofreció generosamente para que alguna institución o persona particular se hiciera cargo de su restauración, y al no encontrarla, la ofreció directamente a la Diputación y el Ayuntamiento de Soria para que la compraran, desmontaran y trasladaran a otra ubicación de la provincia donde se pudiera reconstruir, ¿para el culto?. Ambas instituciones no pudieron (9) hacerse cargo de las 50.000 pesetas (300 euros) en las que la ermita fue tasada, adquiriéndola al final un particular.

Pese a que hoy entendemos aquella venta como un expolio, legalmente la operación fue impecable pues se hizo con luz, taquígrafos y la correspondiente autorización de la Comisión Provincial de Monumentos que pese a algunas dudas acabó concediendo el permiso pues todo se ajustaba a derecho. La sociedad soriana de hoy nada tiene que ver con aquella de 1963 y don Saturnino actuó de forma transparente pactando la venta con un importante empresario vizcaíno que únicamente se interesó por la portada. El comprador mandó desmontarla piedra a piedra para trasladarla y volverla a montar frente al mar en una finca de su propiedad en Ciérvana (Vizcaya). Sergio Tierno (10) localizó en 2018 a los actuales propietarios que reconocen que el edificio no se reconstruyó por diversas circunstancias y que las piedras seguían amontonadas más de cincuenta años después.

La prensa de la época como el Campo Soriano, trató aquel asunto como lo mejor que le podía haber pasado al templo que sin esa intervención habría desaparecido, y lamentablemente hay que darle la razón pues las otras opciones reales habrían sido el arrancamiento y robo de las piedras o el hundimiento definitivo del templo.

En la prensa nacional La Gaceta del Norte en su artículo “Una ermita del siglo XII ha sido trasladada desde los Campos de Calatañazor a Ciérvana” (26/02/1964), firmado con Requena, aporta muchos más datos, entre ellos que el inmueble se dedicaría a Museo de Arte Contemporáneo. También nos informa que los Reyes Magos eran guiados por la estrella que aquí es una margarita en relieve. A pesar de lo que leemos en ese artículo la obra nunca se remontó frente al Cantábrico. Por fotografías aéreas y por imágenes del Catastro de Vizcaya, proporcionadas por “Soria Patrimonio”, sabemos que en 1977 las obras de remonte se encuentran abandonadas. Se había remontado cerca de dos metros del perímetro y en el poniente de la nave se observan materiales apilados. Desde entonces, la maleza ha ido engullendo la iglesia hasta hacerla desaparecer.

Recientemente han aparecido algunos escritos de opinión sobre esta operación, obra de Josemi Lorenzo Arribas (11), de Juan Antonio Gómez Barrera (12) y de miembros del Colectivo “Románico sin techo” (13) (14), a los que remitimos para el lector que quiere conocer mejor el proceso.

Parapescuez
Ruinas de la iglesia. Foto Ángel Lorenzo

Alberto Arribas, Luis C. Pastor, con la colaboración de Ángel Lorenzo, Maribel Zapatero

(1) BLASCO JIMÉNEZ, Manuel: Nomenclátor histórico, geográfico, estadístico y descriptivo de la provincia de Soria, 1ª edición, Soria 1880. Imprenta y Librería de la Infancia, página 231.

(2) PASCUAL DÍEZ, Ana Carmen (1991): Carta arqueológica de Soria. Zona Centro. Publicaciones de la Excma. Diputación Provincial de Soria, página 275.

(3) VV AA (2006): Normas Urbanísticas Municipales de Calatañazor, BOPSo 26/02/2006 http://bop.dipsoria.es/index.php/mod.documentos/mem.descargar/fichero.documentos_BOP_23_VIERNES_24_DE_FEBRERO_2006_0389ae4b%232E%23pdf

(4) MARTÍNEZ DÍEZ, Gonzalo (1983): Las Comunidades de Villa y Tierra de la Extremadura castellana, Editora Nacional, Madrid, página 141.

(5) HUERTA HUERTA, Pedro Luis (2002): Enciclopedia del Románico de Castilla y León. Soria, volumen I, página 114.

(6) GAYA NUÑO, Juan Antonio (1946): El Románico en la provincia de Soria. Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Diego Velázquez. Madrid, 1946.

(7) GARCÍA GÓMEZ, Francisco José: El Románico en Soria. Arte y Patrimonio. Artículo en Revista de Soria nº 47, IIª época, página 6.

(8) ARLEGUI SÁNCHEZ, Marian: Una pieza, una destrucción y una duda. El Día de Soria, 25 y 26 de abril de 2020.

(9)  Para hacernos una idea de la situación económica de la época, en enero de 1963 quedó fijado el salario mínimo interprofesional en 1.800 pesetas al mes, 10,81 €.

(10) TIERNO TIERNO, Sergio (2018): 4-8-2018. Entonces… ¿qué pasó con la ermita de San Miguel de Parapescuez? Reportaje publicado el 94/08/2018 en http://www.desdesoria.es/unlibrodelmundo/4-8-2018-entonces-que-paso-con-la-ermita-de-san-miguel-de-parapescuez/

(11) LORENZO ARRIBAS, Josemi (07/04/2014) Románico romántico (51). A los cincuenta años del misterio de Parapescuez  en https://cvc.cervantes.es/el_rinconete/anteriores/abril_14/07042014_01.htm,

(12) GÓMEZ-BARRERA, Juan Antonio: El expolio de San Miguel de Parapescuez. Heraldo-Diario de Soria, 31/05/2020.

(13) Entrada a la web Románico sin techo: https://n9.cl/parapescuez

(14) GARCÍA LÓPEZ, T. Y OTROS: “Confusión en el expolio de San Miguel de Parapescuez”. El Día de Soria, 9 y 10 de abril de 2021.