San Torcuato

Despoblado de tradición oral localizado en torno a la ermita homónima de Rioseco de Soria.

Los enormes pilares de San Torcuato vistos desde la entrada.
Los enormes pilares de San Torcuato vistos desde la entrada. Foto Ángel Lorenzo

Fecha de despoblación: Desconocida

Localidad: Rioseco de Soria

Estado actual: Despoblado

Término municipal: Rioseco de Soria

Descripción

Despoblado de tradición oral localizado en torno a la ermita homónima de Rioseco de Soria. El templo se encuentra rodeado de fincas de cultivo y monte. No se aprecian restos constructivos alrededor salvo unas majadas a unos 300 m al oeste.

El despoblado estaría localizado alrededor de la ermita, a unos dos kilómetros al sur de Rioseco de Soria. Se accede saliendo del pueblo en dirección sur hacia Torreandaluz por la SO-P-4046 hasta llegar a la altura del punto kilométrico 5,8 donde sale, a la derecha, un camino de tierra en buen estado y accesible a cualquier vehículo que tras recorrerlo unos trescientos metros llega hasta la ermita.

DATUM   LATITUD                    LONGITUD
ETRS89 41.621794922392255   -2.8446268907471497
ETRS89 41º 37 18´´ N                     2º 50´ 41´´ W
UTM 30    Coord. X                    Coord. Y
  512.943,99                      4.607.797,55
Altitud   1025,70 m

San Torcuato es la advocación a la que está dedicada la ermita, aunque probablemente el nombre original del despoblado fuera otro que se ha olvidado, manteniéndose el de su templo parroquial, después relegado a ermita de Rioseco de Soria.

Respecto a la advocación de San Torcuato cabe destacar que la Iglesia Católica tiene tres santos con ese nombre (1): dos obispos y un mártir que vivieron entre los siglos VII y VIII. El problema es que no sabemos a cuál de ellos es al que se dedica este templo pues la fecha de su celebración en Rioseco, 4 de mayo, no coincide con la festividad oficial de esos santos citados, los días 1, 15 y 21 de mayo, si bien por cercanía a la fecha y por iconografía, debe referirse a la festividad de San Torcuato obispo que se celebra en la primera de las fechas, el 1 de mayo, cualidad episcopal que coincide con los atributos de la imagen que se procesiona, una talla de un varón con vestido talar, sobreveste y capa, que porta báculo y mitra.

Tampoco es que este sea un santo especialmente popular pues esta ermita es el único templo dedicado a San Torcuato en la provincia. Únicamente se tiene constancia de tres imágenes de él, la que se guarda en su parroquia y otras dos que se retiraron a los almacenes episcopales, según un recomendable relato costumbrista que hace Juan José Peracho Soria (2) describiendo la ermita y la romería al despoblado.

La única referencia vinculada con este santo en Soria es la ofrecida por el texto de Gregorio Argaiz (3) sobre los orígenes del Obispado de Osma, que aun teniendo escasa verosimilitud, recoge un episcopologio apócrifo en el que se cita a un San Torcuato como Obispo de Osma en el año 534.

El entorno de la ermita ha sido declarado por la Junta de Castilla y León como yacimiento arqueológico (4) pues han aparecido hallazgos del periodo Calcolítico y Bajomedieval cristiano, pero no se ha informado de datos que demuestren la existencia del monasterio ni del despoblado. La prospección visual in situ y de las imágenes por satélite no se muestran muy reveladoras. En las inmediaciones, pero no tanto como para poder establecer una posible relación, quedan edificios de uso ganadero y aspecto no muy antiguo, aunque también se observan lo que pueden ser líneas de cimentación que pudieron corresponder tanto a un poblado como a simples majadas. Una parte del terreno circundante está roturado, mientras que otra es monte y se recuerda que hasta hace poco había viñas.

Con respecto al devenir histórico del despoblado, corresponde a Gonzalo Martínez Díez (5) la catalogación como tal al incluirlo entre los que pertenecieron a la Comunidad de Villa y Tierra de Calatañazor, documentándolo en la tradición oral.

Sobre la existencia o no de un despoblado en este lugar, actualmente en Rioseco de Soria no se recuerda que la ermita hubiera pertenecido a alguno y menos si el del santo fue su nombre o si solo ha perdurado el de su parroquia. Sin embargo, sí hay memoria de la existencia de un monasterio desaparecido al que estaría vinculada originalmente la emita y que como todo lo mítico, lo misterioso o lo que se le quiere tildar así, sin más fundamento que la tradición oral quizá surgida antes de ayer, se asocia a la orden templaria.

En cuanto a las posibles fechas del abandono de este lugar, Loperráez  (6) documenta que todo el arrabal de Calatañazor se despobló hacia 1590, anejándose sus términos a la villa según una cédula de Felipe II dada en Madrid el 8 de febrero de 1591, y aunque el autor pensaba que algún pueblo como Fuentemayuel quedaría despoblado entonces, no aparece cita alguna en el texto referida a San Torcuato.

José Vicente Frías Balsa (7) sostiene que la de San Torcaz o San Torcuato fue una ermita rica que poseyó tierras, casa, huerta, linar y alameda, lo que a finales del siglo XVI le permitió tener santero.

San Torcuato, detalle de la entrada.
San Torcuato, detalle de la entrada. Foto Ángel Lorenzo

Ermita de San Torcuato

La ermita de San Torcuato es hoy un templo arruinado carente de cubierta, salvo una pequeña parte de su planta, pero con sus restos de mampostería consolidados, siendo todavía objeto de veneración y devoción por parte de los vecinos de Rioseco.

San Torcuato entre campos de labor.
San Torcuato entre campos de labor. Foto Ángel Lorenzo

El templo, orientado canónicamente de oeste a este, tiene planta rectangular y unas dimensiones que se nos antojan desproporcionadas para una simple ermita, por lo que no resulta descabellado pensar que pudo ser una iglesia monacal de la que no hay más noticia que la tradición. Por los restos que quedan podría asegurarse que tendría tres naves, quedando únicamente lo que fue capilla mayor en el centro, una pequeña dependencia presbiterial cubierta con bóveda de crucería que se sustenta en dos semicolumnas embebidas en el muro este reforzadas con sendos contrafuertes al exterior y otras dos impresionantes columnas de sillares al interior, más propias de una catedral que de una ermita hundida. La tradición ha tratado de justificar la presencia de las columnas diciendo que se trajeron de la villa romana de Los Quintanares, un yacimiento del que se expoliaron jaspes y mármoles durante siglos, pero que no parece factible que guardase semejantes columnas de sillería.

Bóveda de crucería de la ermita.
Bóveda de crucería de la ermita. Foto Ángel Lorenzo
Detalle de uno de los pilares de la ermita.
Detalle de uno de los pilares de la ermita. Foto Ángel Lorenzo

José María Martínez Frías (8) cita este templo como “Iglesia en ruinas” de Escobosa de Calatañazor y lo ubica, erróneamente, a un kilómetro de este despoblado. La descripción se acompaña de un sencillo plano de la planta del edificio. Afirma que tiene una bóveda de crucería que se proyecta sobre cuatro arcos apuntados cuyas claves se decoran con las llaves del papado, la Cruz de San Andrés, dos padillas y una caldera. Los nervios descansan, por una parte, en gruesos pilares cilíndricos y, por otra, se embeben en finas semicolumnas. Este investigador atribuye los restos a los primeros años del segundo tercio del siglo XVI.

Planta de la ermita de San Torcuato en base al dibujo original de J.M. Martínez Frías
Planta de la ermita de San Torcuato en base al dibujo original de J.M. Martínez Frías

El acceso al templo se realiza a través de una sencilla portada en arco de medio punto de gran dovelaje ubicada en su extremo noroccidental, una extraña ubicación -tanto por estar orientada al norte como por estar en un extremo- que nos sugiere una reutilización. En este mismo lado norte, además, se observa que el muro fue levantado en dos fases bien diferenciadas en sentido horizontal y probablemente separadas por el tiempo.

Puerta de la ermita desde el interior.
Puerta de la ermita desde el interior. Foto Ángel Lorenzo

Por las investigaciones realizadas por José Vicente Frías Balsa (o. c.), sabemos que tuvo un retablo mayor con reja y dos colaterales, que en 1588 llevaba imágenes calificadas entonces ya como “viejas”, incluyendo gran cantidad de referencias a obras, retejos, reparos y arreglos hasta 1831 cuando en la correspondiente visita pastoral, el obispo Juan Cabia González dejó constancia de que la ermita de San Torcuato carecía de la decencia necesaria.

No sabemos en qué fecha se perdió la techumbre de la nave pero Frías Balsa incluye algunas fotografías de la romería allí celebrada, que grosso modo podrían fechase entre 1955-1965, en las que se observa que la cubierta estaba entera y en aparente buen estado. Por la ortofoto de 1956 del IDECYL vemos que la iglesia se encontraba cubierta con un tejado a tres aguas. 

Según relata la periodista Ana Hernando (9) fueron los propios vecinos de Rioseco de Soria quienes consolidaron las ruinas de la ermita para que no se acabara de perder este monumento.

Desde algún tiempo indeterminado pero estimado muy antiguo, cada 4 de mayo se celebraba una romería a la ermita de San Torcuato con procesión, misa, comida y baile que convertían la jornada en un agradable encuentro de familiares y vecinos al que antiguamente también acudían los habitantes del despoblado de Escobosa de Calatañazor. La fiesta, como antes dijimos, se celebraba el 4 de mayo aunque la onomástica del santo fuera el 1 del mismo mes. Para favorecer la mayor asistencia de público, en la actualidad y desde hace ya tiempo, se celebra el primer sábado después del 4 de mayo.

Durante muchos años la romería desapareció. Dicen que a mediados del siglo XX la actitud despótica de un cura que quiso reorganizar la festividad hizo que los romeros decidiesen dejarle plantado aún a costa de su fiesta y dejaron de celebrarla, si bien se recuperó a finales de ese siglo, ya sin la presencia de los vecinos de Escobosa que ya se encontraba despoblado.

Alberto Arribas con la colaboración de Ángel Lorenzo, Maribel Zapatero, Luis C. Pastor

(1) https://www.santoral.com.es/santo/torcuato consultado el 14/02/2022.

(2) PERACHO SORIA, Juan José (2000): “San Torcuato”, Casos y Cosas de Soria II, Soria Edita pp. 187-196.

(3) Nos referimos a Gregorio Argaiz, autor en 1660 de un manuscrito titulado Memorias ilustres de la Santa Iglesia y Obispado de Osma. Cathalogo de los prelados que han regido. Martyres Confesores y Virgenes. Con la vida del exemplarisimo   Prelado D. Juan de Palafox y Mendoza Obp. de Puebla de los Ángeles y Osma (Archivo catedral de Osma) que escribió la primera historia del obispado de Osma de la que copiaron autores como Loperráez, pero que presenta informaciones cuestionables o totalmente inventadas, como la de ofrecer una fecha concreta de la fundación del obispado en el año 50 y a costa de San Pedro y Santiago. Según este listado en el año 534 San Torcuato fue nombrado Obispo de Osma.

(4) https://servicios.jcyl.es/pweb/datosGIS.do?tipo=Yacimiento&numero=214716 consultada el 14/07/2022.añada

(5) MARTÍNEZ DIEZ, Gonzalo (1983): Las Comunidades de Villa y Tierra de la Extremadura castellana, Editora Nacional, Madrid, página 141.

(6) LOPERRÁEZ Y CORVALAN, Juan (1788): Descripción histórica del Obispado de Osma con el catálogo de sus prelados (Tomo II), Madrid, edición facsímil por Ediciones Turner, Madrid 1978, página 212.

(7) FRÍAS BALSA, José Vicente (2020): Rioseco, de lugar a villa. Excma. Diputación Provincial de Soria páginas 304 y ss.

(8) MARTÍNEZ FRÍAS, José María (1980): El Gótico en la provincia de Soria. Arquitectura y escultura monumental. Ediciones de la Universidad de Salamanca, Salamanca, pg. 424.

(9) Los vecinos de Rioseco de Soria llevan a San Torcuato en procesión. Heraldo-Diario de Soria, 7 de mayo de 2022 (Consultada el 17/12/2022)